Durante
la dictadura del general Franco, el día de la Merced quedo prohibido
su celebración en Cataluña, es una fecha fatídica. Para unos
significó el frenazo a sus derechos nacionalistas, para otros los
recuerdos de la lucha antifascista por ser el día que los niños
entraban a ver a sus familiares, padres hermanos y otros parientes
en las cárceles del dictador.
De
aquellas practicas dictatoriales, nos traen los vientos del
nacionalismo, que debido a la crisis económica en estos últimos
años, se ha, acentuado la reivindicación nacionalista, como una
salida a los problemas que el capitalismo crea diariamente.
Por ello
cuando hablamos del nacionalismo histórico, se tendría que tener
en cuenta, que junto con las nacionalidades históricas, esta también
el nacionalismo centralista de la nación mayoritaria, puesto que
también su forma de actuar es nacionalista, he inquisidora.
Si
profundizamos en los intereses que mueven el sentimiento del
nacionalismo, nos damos de bruces que, es la burguesía quien más
interés tiene en la cuestión nacional independentista. Si miramos
sus orígenes descubrimos, los nombres de dirigentes burgueses muy
conocidos, que fueron desplazados por el capitalismo de principios
del siglo XX y que en la actualidad algunos de los descendientes de
aquella estirpe, representan en las instituciones los interese del
capitalismo de hoy.
Estos
aprobechandose del sentimiento cultural de las diferentes
nacionalidades, hacen que este sentimiento se convierta en el motor
de sus reivindicaciones. Por que la base de la economía de estos
movimientos nacionalistas, consiste que para lograr sus objetivos,
tienen que tener la producción y el mercado en sus manos, y
controlando el consumo interior, controlar también a la población.
Para ello, en las nacionalidades que se hable un idioma propio como
es el caso catalán, es más sencillo jugar con esos sentimientos que
hacía referencia anteriormente y lograr con más facilidad sus
pretensiones.
Para la
burguesía y el capitalismo, lo que esta en juego es el
debilitamiento de la clase obrera, para mantener bajo su control
absoluto y pagar saliros de subsistencia para tener mayores
beneficios.
El
nacionalismo centralista de la nación mayoritaria, no le interesa
esta independencia porque la debilita en las relaciones políticas y
comerciales con los estados de su entorno y con aquellos que tiene
relaciones de compra venta. Es decir el capitalismo tiene sus propias
contradicciones y aveces hay choque de intereses que les hace diverge
en como se reparten el poder y los mercados.
Se puede
ver con claridad como el estado central no toma posición con las
medidas de recortes practicadas por el gobierno nacionalista de
Cataluña, no fueron rechazadas por el gobierno centralista porque
corresponden a los mismos intereses, siendo copiadas y aplicadas por
ir en la linea de recortes del gobierno estatal.
Lo que en
estos momentos esta en juego, vuelvo a insistir, no es que hace falta
para dar respuesta a las necesidades de la sociedad, sino,
aprovechando la situación económica que atravesamos, utilizar esa
debilidad económica del gobierno centralista y de la clase obrera,
para cambiar ese sentimiento cultural de la población y conseguir
sus propósitos que no son otros que arrancar mayores ingresos de
del estado central.
A los
trabajadores nos tenía que llamar la atención quienes son realmente
los promotores de ese nacionalismo independentista, y que contenido
social tiene esa independencia, ya que como venimos sufriendo,
destacan los recortes en derecho sociales y laborales, que los están
practicando los ideologos del independentismo que hoy gobierna
Cataluña.
La clase
obrera no debería permitir que se utilizaran los sentimientos
culturales de los pueblos para hacernos más débiles. La ruptura
divisoria entre la clase obrera del conjunto de la nación, hace mas
fuerte a los opresores, y más indefensos a los obreros.
A la
clase obrera, nos interesa la unión de todos los trabajadores del
estado con sus nacionalidades. Nos interesa un cambio de régimen
que tenga en cuenta el valor cultural de todos los pueblos del
estado, y dotar a los mismos, de unas normas de funcionamiento que
gozaran de un autonomía de gestión para acercar el poder político
a los ciudadanos. Que fuera el gobierno central el que canalizara la
solidaridad entre las diferentes regiones para hacerlas más
igualitarias.
Para
ello, tenemos que conseguir descabalgar del poder a los capitalistas
burgueses de Cataluña y el resto de nacionalidades. Y como no del
gobierno peninsular del PP. Conseguir un estado republicano, con su
federación de repúblicas. Sera entonces cuando la clase obrera
empezará e tener libertad y recuperar los derechos que nos han
arrebatado, en los últimos años.
Antonio
Montero Zarco
valencia
12 de septiembre de 2013