miércoles, 12 de julio de 2017

EL DESEO


No podemos confundir el deseo con la realidad, si lo hacemos estamos cometiendo un error muy importante. Por ello tenemos que diferenciar bien estas dos cuestiones. Mi deseo y el de muchos sería que hubiera un mundo sin guerras, que todas las armas bélicas por pequeñas que fueran dejaran de existir. El deseo de que todas las bases militares y todos los hombres y mujeres que las componen de inmediato regresaran a sus países, y tuviéramos un mundo en paz.

Mi deseo sería que las empresas de la energía eléctrica, los carburantes el agua  y todo lo que produce bienes estuvieran bajo la tutela del estado. Que la banca fuera nacionalizada. Que las/los jóvenes tuvieran la facilidad de emanciparse fuera del hogar paternal, en su propia casa de compra o un alquiler asequible  sus ingresos.

El deseo de que todos los corruptos acabaran en la cárcel y todo el dinero sustraído fuera a las arcas públicas, que el Estado fuera automáticamente laico, que en las escuelas no se practicara ninguna religión, que fuera la enseñanza pública y gratuita a todos los niveles, que las pensiones fueran dignas, que la dependencia estuviera garantizada y, que la sanidad fuera pública y al servicio de los ciudadanos.

Un poco como resumen de lo que pueden ser los deseos de la mayoría de los ciudadanos, no  solo de esta España de corruptos sino de todo el mundo.
Por ello, no podemos confundir deseo  con realidad. El querer cambiar el gobierno, por mucho que lo deseemos, no se hace solo, se tiene que preparar el terreno cambiar la correlación de fuerzas para hacer realidad ese deseo necesario. Ahí está el quid de la cuestión. Tenemos que cambiar los términos, estar más pegados a la realidad que a los deseos, es verdad que sin éstos se hace más difícil el cambio que perseguimos.

Tenemos que pensar que de la otra parte, la opresora, también quieren conseguir sus deseos y, hasta cuentan con más medios que nosotros para permanecer en las áreas de poder, cuentan con los poderes facticos, la casta mediática, la casta feudalista que todavía existen y, ahí están en la sombra pero al acecho y, hasta la conferencia episcopal,  todos como una piña,  el gobierno al fin y al cabo solo es el gendarme que hace las leyes para beneficio de los poderosos, es el instrumento que y utiliza el mercado, la banca y los grandes empresarios para reprimir los deseos de la sociedad.

Centrándonos más en la realidad, tenemos que hacer una reflexión sobre los resultados de las elecciones en muchas partes del mundo. Por una parte tenemos un presidente de los EEUU, de un partido llamado republicano que ni le conocían como tal, es simplemente un gran empresario que bajo la capa de un partido llega a la presidencia de ese gran país, para favorecer sus  interese personales y los de su clase. Es decir aquí en este caso los magnates empresariales tiene también su gobierno.

 Hemos visto como Macron en Francia    a se ha hecho con el poder de un parlamento con mayoría absoluta, barriendo a todos sus rivales, mientras la “izquierda ha sido casi barrida del tablero parlamentario con una participación de 48% de la población. Esto ya tendría que hacer pensar a los políticos de cómo hacer para   entusiasmar a la población en la necesidad de participar con su voto en los resultados de las elecciones. A un que claro está, a los ganadores nos les interesa la participación por que los suyos son incondicionales y siempre responden.

¿O es que tal vez estemos asistiendo a la premonición del libro  de José Saramago “Ensayo para la lucidez” que todo el mundo vota en blanco para decirle al gobierno que no le quieren y que todo en política es una farsa? Pero hasta incluso si así fuera, sería necesario una homogeneidad en administrar ese hipotético rechazo.

Continuamos viendo, como esos poderes facticos están organizados, y yo diría a la ofensiva, no hay nada más que ver la desfachatez, el desprecio y la arrogancia con lo que tratan la corrupción, todos es poner trabas para que de la sensación de que la justicia es bien aplicada, poro los corruptos van saliendo de la cárcel y cualquier día pedirán daños y perjuicios al gobierno por que fueron maltratados y sin garantías jurídicas.

¿A don de quiero llegar con este razonamiento?
¿Se puede dejar todo a la espontaneidad? ¿Nos ha servido de algo la experiencia  de las dos últimas elecciones?  Una de las reflexiones sería si  se puede llegar a acuerdos electorales en tampoco tiempo, teniendo en cuenta la composición sociológica de las formaciones implicadas en ese acuerdo.  Por otra parte analizar si la estrategia de no formar parte de gobiernos autonómicos y ayuntamientos es lo que realmente ha podido molestar a muchos seguidores del partido del círculo morado.

Por ello,   teniendo en cuenta todo lo antes dicho, las fuerzas de la “izquierda” tendrían que ponerse a trabajar des ya, para pulir todas las aristas de los fallos anteriores y presentar un frete unido para contrarrestar toda la organización de que dispones los poderes facticos.

Ho esto se toma en serio, se buscan los mejores negociadores para que cristalicen unos acuerdos donde todos se sientas a gusto, lo tendremos derecha para algunos años.
Esto también es un deseo de una parte muy importante de la sociedad y que con buena voluntad se puede conseguir para hacer realidad los sueños de los desheredados.

Antonio Montero Zarco
12 de julio de 2017