viernes, 22 de noviembre de 2013

BAJO DE MORAL

BAJO DE MORAL

Hace unos años, no muchos pero más de los que quisiera, cuando algunos hombres que habían estado en la Guerra, me contaban sus experiencias, y hacían su valoraciones, yo me cabreaba por no haber estado allí en aquellos momentos, era un ingenuo que pensaba que de haber estado la Guerra no se hubiera perdido.
Hoy aquí y ahora, me encuentro que soy incapaz de dar solución al problema de esos seis millones de parados, que soy incapaz de dar un respuesta a las personas con dependencia, que no hago que se suban las pensiones teniendo en cuenta el IPC. Que no tengo respuesta para retirar el medicamentazo.
Que soy incapaz de retirar de las escuelas la asignatura de religión, que soy incapaz de de no terminar con las privatizaciones de la sanidad y las empresa públicas. De todo esto me siento responsable, como si fuera yo el culpable de que todo esto este sucediendo, y con la moral por los suelos, reprochándome cuando yo pensaba que si hubiera estado allí en la Guerra no se hubiera perdido y hoy, estando peor y no puedo hacer nada.
Estoy desmoralizado, pensando donde están inmersos los partidos políticos, que no es otra cosa que hacer cábalas de por donde y con quien se pueden hacer pactos para formar gobierno. Declaraciones como las de José Bono, abren la puerta a un pacto de los dos grandes partidos, ya que según él, se entiende mejor con el PP que con los de IU. ¿Será solamente él el que tenga esa posición en ese partido?
Esto me desmoraliza, porque soy incapaz de hacer reflexionar a la izquierda de que hay algo más importante que pensar como y con quien se formara gobierno. Desmoralizado, porque no hacen un trabajo de oposición, para crear las condiciones de ganar lo que se hace necesario para formar ese gobierno, estos políticos, venden la piel del oso antes de darle caza.
Desmoralizado, porque no tengo los medios para llevar ante los tribunales, a los dirigentes de la banca, por los robos y abusos cometidos que han llevado a la ruina a este país. Desmoralizado, porque la justicia es lo más lento que se haya podido inventar. Claro que este invento, no fue creado para hacer justicia, sino para proteger a los poderosos, de los desmanes que han cometido a lo largo de la historia.
Desmoralizado, porque con dinero de todos, se pagan los salarios de los policías que protegen a estos truhanes de la ira de algunos manifestantes, cuando su misión tendría que ser de protegernos de quienes están abusando de todos nosotros incluyendo a ellos mismos.
Con la moral por los suelos, porque tenemos unas instituciones judiciales, que salvando algunos pocos de sus miembro, los demás están más al lado de la injusticia que de la razón. Desmoralizado, por ver como se urde la trama para no imputar a la hija de Juan Carlos I y piden siete años de cárcel para una pianista por molestar a su vecina. Desmoralizado, porque 45 diputados de las cortes Valencianas, piden el indulto para un alcalde condenado por corrupción.

Desmoralizado, por los recortes salariales de los trabajadores, y no puedo hacer nada para impedirlo. Desmoralizado, porque los sindicatos de clase, no responden a esas agresiones con movilizaciones, en protesta por estos abusos, desmoralizado, porque no he hace una huelga general política para tirar este Gobierno, que trabaja a destajo, al servicio de la banca y los empresarios más esclavistas que nunca tubo este país.

Desmoralizado, porque como decía anteriormente, los partidos políticos no hacen la oposición que se merece para tirar del poder a este puto Gobierno, ya que no atiende ningún tipo de razonamiento imponiendo su mayoría absoluta para hacer que en este país aya cada día más pobres y que los ricos sean más ricos a costa de los robos en los salarios de los trabajadores,

Estoy bajo de moral, por el recorte que están llevando a cabo en las libertades de expresión, manifestación y propaganda, volviendo con estas medidas a los años más turbios de la dictadura, a poco que se lo propongan acabaran suprimiendo las elecciones, de hecho, con la ley de la Reforma de Régimen Local, ya se han cargado la participación de los ciudadanos a través de sus ayuntamientos. Bajo de moral porque detrás de esta ley, esta la privatización de los servicios que hoy prestan los ayuntamientos.
Bajo de moral, porque la impotencia me hace parecer un ser que nada puede hacer para que las cosas cambien de rumbo. Desmoralizado, porque no entiendo como el genero humano tiene el aguante de soportar todo lo que contra el se esta haciendo. Desmoralizado porque el PP hace todo lo que le viene en gana porque dispone de una mayoría parlamentaria, que nada tiene que ver con la mayoría social de la calle.
Desmoralizado, porque 182 diputados están sometiendo a 45 millones de habitantes a sus practicas de gobernar, al servicio del capitalismo, aunque para ello traicionen a sus propios votantes. No se que puedo hacer, para salir de este estado de desmoralización, que me reprocha todos los días la conciencia por haber pensado, que de haber esta en la Guerra no la hubieran perdido los trabajadores. Hoy están culminando lo que la dictadura se dejo por hacer, esclavizar a la clase obrera, y condenar a los jóvenes de esta generación ala marginalidad total, ya que nunca tendrán la oportunidad, de desarrollar los conocimientos que adquirieron en las escuelas, los institutos y la universidad.
Por todo lo dicho, me remito a esos 45 millones de ciudadanos, para que hagamos valer nutra fuerza tirando del gobierno a estos farsantes de la política, y evitemos que millones de compatriotas, vallan con la frente por los suelos, buscando la moral que estos chorizos nos han arrebatado.


Antonio Montero Zarco
Valencia 22 de noviembre de 2013


viernes, 8 de noviembre de 2013

SOLIDARIDAD

SOLIDARIDAD

El sentido de esta palabra, es mucho más importante que su resultado. Hasta nos hace tener contradicciones. Yo como siempre exponga las mías.

Como entiendo la solidaridad, así sin pensarlo dos veces, me siento como si yo fuera uno de esos despedidos de la fabrica, la obra, el taller, el centro de estudios, la enfermera, el médico, el ingeniero, el lechero, el electricista, el barrendero, el camarero, fontanero, carpintero, bombero, policía, el abogado asesor de la empresa, el economista. Con todos los profesores en todas sus categorías, con todo el cuerpo sanitario, con los mineros, camioneros, pescadores, con los campesinos, que les estrujan los precios de sus cosechas, con los jubilados, con los niños que ya no tienen una alimentación adecuada, con ese que no puede ir a la escuela, con la mujer maltratada, con los inmigrantes, con los que emigra de nuestro país como en los años más duros de la dictadura, con todos los desahuciados de sus viviendas. Con todos los estafados de las preferentemente. Dicho esto, me surgen las tres primeras contradicciones.


1 No puedo ser solidario, con aquellos que compraron viviendas para la especulación, y han sido desahuciados.
2 No puedo ser solidario, con los que invirtieron en las preferentes sabiendo lo que se llevaban entre manos. Ni solidario y en contra de que el “Gobierno” les pague ninguna indemnización, a estos especuladores. Si soy solidario, con los que fueron engañados por trabajadores que estaban vendiendo un producto que habían inventado los dirigentes de los bancos, y que tenía que vender para quedar bien con el director y que no tomara represalias contra ellos.

He dicho dos contradicciones, pero hay muchas más. ¿Todos entendemos la solidaridad en los mismos términos y le damos el mismo valor? A qui tiene mucho que ver el instinto de clase. Como he dicho ya en muchas ocasiones, yo pertenezco a la clase obrera, y no me avergüenzo de ello. Este es uno de los principios, que me hace sentir solidario, con todos los que he mencionado antes.
¿Pero los antes mencionados, entienden la solidaridad, como yo la expreso?

En estos tiempos de tantos recortes, despidos en todos los sectores de la vida cotidiana del país, ¿Hemos confluido en las manifestaciones, todos los que estaban en procesos de regulación de empleo? ¿Estaban todos los despedidos o faltaban muchos? ¿estaban al completo todos los parados de larga duración? ¿había un gran número de jubilados protestando por los recortes en las pensiones? Sin embargo muchos “fuimos en solidaridad” con los directamente afectados.

Hago esta reflexión, para que analicemos la profundidad de la solidaridad. Es lamentable, que cuando los trabajadores hemos salido a la calle a reivindicar, libertades, mejoras salariales y derechos sociales, lo hemos hecho y revindicado para todos. Sin embargo, otros sectores del mundo del laboral, se quedaron en sus centro de trabajo, como si lo que se pedía no fuera con ellos. ¿Se puede tomar esto como un reproche, hacia aquellos que se hicieron los sordos?. Tómese como se quiera, lo que cuenta es tener la conciencia tranquila.

Antes he dicho lo de las contradicciones, y lo mantengo. Quiero decir que soy solidario, con todos los solidarios anónimos de este país, ha ellos y a todos los demás, quisiera que dedicaran unos minutos a pensar, hasta donde llega el alcance de su solidaridad, y cual es el bien que se hace, y sus contradicciones. Por ejemplo. Todos sabemos o deberíamos saber, hasta donde llegan las ayudas de los diferentes bancos de alimentos y centros a los que la gente acude a “comer”, y cuanta gente se beneficia de ellos y quienes son realmente los que aportan estos alimentos.

Esta solidaridad, no se tiene que dejar perder. No podemos dejar a nuestro vecino desamparado a sus suerte. Ahora bien, ¿Quienes son los responsables de que estemos viviendo esta situación?
En primer lugar El sistema capitalista, amparado y protegido por los gobiernos títeres que se prestan a ejecutar sus mandatos, el gobierno del PP encabezado por Mariano Rajoy es el mejor exponente de esa practica.
Este sistema, que encabezan los bancos, las multinacionales y los mercados financieros, son los responsables directos de que florezcan los bancos de alimentos y los centros de acogida para todos aquellos que han condenado a la marginación, y la discriminación social. En esta situación, es cuando con más fuerza nace la solidaridad.

Llegado a esta situación, la solidaridad, es de suma importancia. Pero ¿Somos conscientes que nuestro esfuerzo solidario tiene dos destinatarios diferentes? Los primeros, los que están al borde del abismo. Abismo creado por la carroña financiera y políticos ineptos, que debido a la solidaridad de la gente de buen voluntad, les “resuelve” parte del problema que estos criminales han creado.

Es decir, el pueblo solidario se convierte en el principal elemento a la hora de a paliar los problemas más directos de los compatriotas. Dicho de esta forma, se puede pensar que este tipo de solidaridad, se debe de cortar, por que en parte le estamos resolviendo el problema ha quienes nos están esclavizado. Le estamos resolviendo el problema, al Gobierno, a la patronal y a los criminales de la banca. Pero no por ello tonemos que abandonar en nuestra empresa.

Decía lo de la contradicción de la palabra solidaridad, y la forma solidaria, de llevarlas a cabo. En los primeros casos, solidarios, contra todo tipo de despidos, recortes, etc sin que haya reciprocidad por parte del conjunto de afectados, y en cuanto al segundo caso de ayudas solidarias más directas, para el que no tiene que llevarse a la boca, no se puede abandonar esa practica, ya que de ello depende el que cientos de miles de personas puedan tener algún sustento para continuar viviendo y soportando a los opresores, sin esperar nada a cambio.

Por lo tanto, debería ser necesario, que los miles de anónimos solidarios, hicieran el ejercicio solidariamente de, explicar quienes son los verdaderos responsables de la falta de alimentos, que sufren esos miles de cuidadnos que antes mencionaba. Y los culpables, son sin lugar a dudas, los Gobernantes de la derecha que se prestan a ser gestores y lacayos del capitalismo.


Antonio Montero Zarco


7 de noviembre de 2013