miércoles, 16 de noviembre de 2022

 

LA RESPUESTA LA TENÍA PREPARADA

Hacia unos días que no tenía contacto con los compañeros del sindicato, con los “viejos” sí, eso que estuvieron en la lucha contra la dictadura, por las libertades la democracia y mejores condiciones de vida, hoy continúan en esa lucha y en la misma trinchera, son “irreductibles”.

La pregunta fue, ¿Cómo estás? Y la repuesta fue la siguiente: vengo de una familia republicana, luché porque mi voto tuviera validez y hoy pienso si tendrá  algún  valor el próximo  que deposite en la urna.

¡Lo que acabas de decir es muy serio!

Así termino el encuentro con los viejos sindicalistas sobre a la pregunta y la respuesta.

Se fue pensativo sobre el valor de su voto, se preguntaba él porque no tendría valor, y solo le acudía a la mente, la necesidad de un partido con una base ideológica clara. No encontraba la repuesta adecuada porque, muchos filósofos he ideólogas habían teorizado mucho sobre el tema de lo complejo que era analizar el significado de esta palabra, sin indagar en las contradicciones del tema.

Tenían razón los teóricos que la ideología se prestaba a las dos tendencias, o varias formas de entender la amplitud de la ideología.

Para un hombre que se curtió en el trabajo, con las manos encallecidas por el huso que hacía de ellas, era muy sencillo diferenciar entre una ideología y otra.

Él lo veía de la siguiente forma; diferenciar el bien del mal. Pero aquí se encontraba nuevamente, con que no hay mal sin con cosas buena ni bien sin cosas malas. Pero él,  al ser un hombre sin más luces que su instinto de clase, empezó a buscar repuestas que fueran accesible para todos los de su clase. 

El bien lo definía de la siguiente  forma; tal vez influenciado por la pandemia que con sus secuelas ya se había superado.

Cuando los políticos recortaban en sanidad, y en personal cualificado eso, partencia al mal. Aunque ese mal fuera bien para los carroñeros que hacían fortuna a costa del sufrimiento y la muerte de las personas. Esta contradicción daba ánimos al repleto de canas para afirmar que eso, todo eso, era el mal.

Y el bien, significaba poner a disposición de la sanidad, más personal sanitario, más medios técnicos y científicos. Cualquiera de los que va por las mañanas cuando terminan de poner las calles en las ciudades y pueblos para ir al trabajo lo entiende.

 Esto no sustituye a las teorías filosóficas de los estudiosos. Él diría que lo complementa. Ho lo hace más digestible para la mayoría de esa sociedad que no estudió.

 Sin darse cuente, se había metido en un mundo donde tenía muy pocas posibilidades de acertar en su planteamientos ya que carecían de una mínima base científica, para él solo existía la lógica.

Estaba la guerra, y las guerras anteriores, y las más anteriores y los dioses, en todas las guerras, han sido los malos los que las han provocado para su lucro y poder personal.

Si nunca hubiera habido armas las guerras no se hubieran sucedido con tanta maldad como lo han hecho a lo largo de los siglos. Pero esta utopía no es compatible con el bien. El mal se impone y es el dominante.

Ya en tiempos pasados la falta de una ideología determinada, hacia una división de clases. Alguien lo intentó, y fue Crucificado, tuvo la osadía   de organizar un partido, que luchara contra el opresor invasor y  el esclavismo de  la gente humildes. Se dieron cuenta de su fuerza, compraron traidores y le clavaron en una cruz.

Pero la ideología encontrá de la esclavitud y los invasores, tenía ya un germen de lucha que no se podía parar. No se pasaron muchos siglos, para que los imperialistas, se apoderaran de esa ideología, transformándola para la defensa de sus interese.

Ya tenemos aquí una de las ideologías más influyentes conocidas has el momento que siempre se utilizó y se utiliza en contra de los más débiles. No solo la religión cristiana, todas las religiones. Hasta las que matan a jóvenes que no  llevar el velo como mandan los Ayatolas.

El viejo pensaba que sería imposible  intentar contabilizar todos los crímenes, robos y violaciones que se han cometido y se están cometiendo en su nombre y, a día de hoy se continúan cometiendo.

Sin embargo, según una parte de los filosos esto está dentro de bien parque está hecho en nombre de un dios, o de cristo. “Manda hipocresía” en esos filosofo de la teológica. Sí, todo esto se encierra sobre una base ideológica.

 Pensaba  que volviendo a la falta de una ideología que pudiera contrarrestar,  las variantes de los pensadores del mal, el viejo sindicalista quería volver a la realidad para que sus pensamientos ideológicos fueran asequibles para la mayoría de esa sociedad que es la que crea la riqueza real de los estados.

El mundo del capital siempre se valió y continúa valiéndose de la ignorancia de los pueblos. Para ello no hay nada mejor que idiotizarlos con las falsas creencias que les limite la capacidad de pensar por sí mismo.

Ya lo he dicho en otras ocasiones, pero da la sensación que hasta aquellos que piensan,   aceptan la teoría de que las ideologías no valen en el siglo XXI. Y es todo lo contrario.

 Es verdad que estamos en inferioridad  a todos lodos niveles. Los malos tienen el poder y los medios para hacer vales sus intereses. ¿Pero que tenemos nosotros? Nada, el poco instinto de clase que queda en  una minoría de parias de la tierra.

 Si a esto le unimos la diversidad de partidos denominados de izquierdas, nos encontramos con un abandono casi total por parte de ellos. Pero mirar una cosa, todas las sensibilidades de la burguesía, los banqueros, los empresarios, todos los partidos de la derecha y, ciertos dirigentes del llamado partido socialista, todos coincide en recomendarle al gobierno que rompa con sus socios de UP.

Los malos, la derecha, acusan al gobierno de hacer propuestas ideológicas, que ¡cínicos! Y mal nacidos, acusar al gobierno de una práctica que se viene repitiendo desde que el mundo es mundo. Si algo ha perdurado en el tiempo es las luchas de clases. Y hoy está más vigente que en otros tiempos pasados no muy lejanos. Sin embargo, la preocupación del viejo sindicalista, era precisamente la falta de una base, sólida y estable de una ideología clara para los que se denominan la izquierda real.

El estar luchando, por el día a día, según van ocurriendo los acontecimientos, está muy bien, pero ¿Qué hacemos mañana, dentro de un mes de un año, a medio plazo? Ahí es donde se falla por falta de esa base ideológica con miras al futuro que vaya mucho más allá de las políticas sociales del día a día, que también, que no se pueden abandonar.

Pero tenemos las guerras, las invasiones de territorios, también en los territorios palestinos ocupada por los judíos, tenemos,  los grandes operadores, de las energías eléctricas, carburantes, esos grandes asesinos inversores en los productos de la alimentación, esos asesinos, grandes operadores  de la salud, todo eso requiere, un partido, con una base ideológica clara, que sea capaz de que estos problemas sean conocidos por las clases populares de todo el mundo. Y hagan de todo ello su frete de lucha.

Las luchas contra las políticas de Macron en Francia, las protestas contra la privatización de la sanidad, todo eso tendría que estar coordinado y coincidir en el tiempo en los diferentes países, pues está demostrado que la carestía  de la vida es igual para todos los ciudadanos de esta parte del mundo que se llama Europa. Y el resto de los ocupantes de la tierra. Eso tendría mucho más eco si funcionara el sentido ideológico y la coordinación de la clase obrera.

Ese nuevo partido, y no me estoy refiriendo en ningún momento a todo lo que conocemos hoy. No puede ser la suma de más partido. Lo que no quiere decir que no tenga en cuenta todas las sensibilidades que se dan en nuestra sociedad, pero con una premisa inquebrantable, la unidad de acción.

La unidad de acción es el arma más poderosa que tiene la clase obrera si es capaz  de utilizarla. Pero tropezamos con las aspiraciones personales de muchos que se consideran dirigentes que, anteponen sus aspiraciones personales a las colectivas o se conforman con pequeños cambios. Por eso, en este mundo de las políticas, neoliberales se impone el individualismo y los cambios  no dejan de ser reformas que cuando llegan los malos las destruyen y vuelta a volver a empezar si  se cambia la correlación de fuerzas y el gobierno es  de otro  signo político.

El viejo trabajador de la madera termino su pensamiento con la duda de si su voto tendría alguna utilidad. El votar siempre tiene un valor, pero las dudas solo se desvelan cuando se conocen los resultados.

Antonio Montero Zarco

27 de octubre de 2022