Es evidente que esta crisis que
estamos viviendo es la más importante que ha tenido el capitalismos
después de la II Guerra Mundial. El problema es que las
consecuencias de las contradicciones del capitalismo, las estamos
sufriendo las clases populares y las clases llamadas “medias”. En
su afán de controlar toda la economía mundial, han pasado del
colonialismo invasor, al colonialismo económico, sin abandonar sus
influencias militares para designar y poner gobiernos que les sean
útiles para sus fines expansionista.
Hoy nos encontramos ante unos hechos
terroristas, que superan posiblemente todas las previsiones. O mejor
dicho, no previeron las consecuencias de sus actuaciones en los
diferentes teatros de operaciones. Ya sea la división de palestina
en dos estados llevadas a cabo por Naciones Unidas, que en esos
momentos estaba bajo el auspicio de Inglaterra en 1947. la
intervención en Afganistán por parte de los Soviéticos, y la
creación de Osama-Binladen por los estados unidos para combatir a
los rusos.
La invasión de Irak, el derrocamiento
del el gobierno de Egipto, el asesinato de Muamar el Gadafi, Ben Ali
en Túnez y en la misma cadena de lo que conocimos como la primavera
árabe hasta llegar a Siria. Nos lleva ante una situación que los
errores cometidos por el mundo occidental ha desencadenado la
creación de un espíritu en un sector minoritario del islamismo
convirtiendo a unos desalmados en unos terroristas sin ninguna clase
de escrúpulos para la ejecución de sus actos.
Por todo ello, los mandatarios
europeos y de los EEUU, tendrían que sentarse para buscar la salida
de esta situación creada por sus políticas expansionistas, y tomar
nota que la guerra de Irak, Afganistán y Libia no ha conseguido los
objetivos deseados. Porque al final los pueblos tiene su orgullo, que
en algunos casos el fanatismo religioso crea esta lacra terrorista.
Sin embargo, se esta intoxicando a la población, con unas
informaciones intencionadas, para crear un caldo de cultivo favorable
a una intervención militar sin limites. Y sin tener en cuenta las
experiencias que se pueden substraer de los conflictos en litigio.
Por lo tanto, los mandatarios
europeos, se tendrían que sentar, para buscar una salida que diera
con la solución del problema. Esto a lo mejor pasa, por formar un
ejercito de sirios que combatieran sobre el terreno a los
terroristas. Después ya se vería la salida del régimen de Al Asad.
¿Porque no? Serían los sirios los que combatieran ese problema, no
serían las fuerzas de ocupación extrajeras las que llevaran la voz
de mando.
Pero como decía al inicio, que esta
es la crisis más importante que tiene el capitalismo, en esa
reflexión de los lideres europeos y los EEUU tendrían que tomar
nota que no se puede cargar contra las espaldas de las clases mas
bajas de la sociedad las ansias de poder de los imperios financieros,
creando marginación y guetos entre los jóvenes descendientes de
aquellos que tuvieron que emigrar un día de sus pueblos, bien por
buscar un mundo mejor, o por huir de la persecución política. Por
ser un caldo de cultivo para captar jóvenes dispuesto a llevar acabo
los crímenes más horrendos contra la sociedad. Por todo ello, yo me
pronuncio en contra de una intervención militar con tropas
terrestres, que no sean de su propio estado. Por la PAZ no a la
guerra.
Antonio Montero Zarco
26 de noviembre de 2015