lunes, 27 de diciembre de 2010

Más sobre las pensiones










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 Todos los datos son imaginados y solo tiene el valor de servir como base para poner el ejemplo de cómo se calcula la pensión.

Con 23.430 € como  base de cotización,   tomando los últimos 20 años y teniendo derecho al 100% y cobrando 1.360 en el último mes, la pensión se quedaría  en 1.171€ o lo que es igual a una pérdida de un 16% del salario real. Esto significaría 189 € menos al mes y 2.268 € al año.

Siguiendo el ejemplo: si nos jubilamos con 64 años, la pensión se quedaría en 1.083€ al mes, 277 menos al mes y 3.324 al año.

Con la base de 18.400 € en los últimos quince años y teniendo derecho al 100% como en estos momentos no daría una base de 1.360 € el último salario a 1.226 € al mes con unas perdidas de 186 € ald mes y 2.158  al año. Esto significaría unas pérdidas del 11%  y con 64 quedaría de la siguiente forma: de  1.360 pasaríamos a 1.156, perdiendo 204 € al mes y 2.448 al año.

En resumen.  Con veinte años se queda en 1.171 y con quince años en 1.226.  Perdiendo 55 €  al mes y 660 € al año. Cantidad que en el paso de los años es un buen mordisco, si tenemos en cuenta que las pensiones se desvalorizan mucho más que los salariaos.

En  siete o diez años que alarguemos la vida hemos perdido 4.620  o 10.600 €.  Por lo tanto, si el gobierno de turno se queda  660 €  por unos 5 millones de pensionistas, con estas características la  cifra  que se ahorra  es de tres mil trescientos millones al año.   ¿Os dais cuenta por qué tantas ganas de ampliar la base reguladora en la que todos los políticos están de acuerdo? ¿Son  o no son unos canallas?.

Lo que quiero demostrar es que la única razón que tienen para la modificar el sistema actual de las pensiones, es que cada vez haya más pobres pendientes de la caridad de los familiares en aquellas casas que tengan la suerte de trabajar.   Aquí PP y PSOE  están cortados por el mismo patrón. Los dos están al servicio de los mercados y la banca. Otra de las cosas que quieren conseguir es obligar a la gente a que “trabaje” a hacerse planes de pensiones privados, para que los criminales de la banca tengan más dinero y, así, estrujarnos más de lo que lo están haciendo.  

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¿Hace falta otra izquierda?

La izquierda esta en crisis, es evidente. Algunos hablan de que esta en coma. El partido mayoritario de la izquierda  en las prácticas que viene desarrollando en el último año y medio, nada tiene que ver con la tradición de la izquierda que da nombre a su partido.

La política que hace es sencillamente liberal. Renuncia a todo lo que fue el símbolo de la social democracia. Esto viene de lejos, tan lejos como los primeros años de los mandatos  socialistas.

Se privatizaron empresas públicas. Astilleros,  eléctricas, bancos, empresas de carburantes y refinerías. Además, se desmontaron altos hornos.
En esta breve mirada al pasado se ve, claramente, la tendencia liberal de la política del Partit Socialista. Es verdad, que con él en el poder, se ha avanzado en cuestiones sociales. Pero esto ¿justifica todo lo anterior?

En política internacional, desde aquello de  "OTAN de entrada no",  nos hemos visto involucrados en casi todas las guerras de los últimos veinte años.

Fueron los Balcanes primero y fue un español socialista el que ordenó los primeros bombardeos contra la antigua Yugoslavia, Solana. Bombardeos que el tiempo demostró que fueron ilegales.

Es verdad que los socialistas trajeron los soldados de la guerra ilegal de IRAK, pero, a cambio, se incrementaron las tropas en Afganistán. Donde son más de 90 los soldados muertos y los costes suben hasta más de 2.000 millones de euros. Se perdió la política de no alineación y empezamos a ser cautivos de los amigos americanos, viéndonos arrastrados en todas sus incursiones bélicas. Ya veremos cuando “termine” lo de Afganistán, si no nos arrastran a la cruzada contra IRAN. Todo se andará. 

Volviendo de nuevo a la actualidad, asistimos a unos acuerdos con la derecha nacionalista, dando la sensación de que todo es para mantener el poder renunciando a un acercamiento con los grupos de la otras “izquierdas” del parlamento. Sin embargo, también por mantener el poder se hacen coaliciones con esa izquierda, para gobernar por ejemplo en Cataluña y Asturias. Y un sinfín de ayuntamientos.

Esto último, da para otra reflexión, ¿Si esa “izquierda” no es buena para las cosas de estado, la coherencia tendría que ser no validar los acuerdos para otras instituciones, municipales y autonómicas?

Claro que, a lo mejor, esta reflexión tendrían que hacerla los partidos socios en los diferentes organismos que comparten gobierno. Por una razón, si  discrepamos de la política del Gobierno y estamos en contra de las reformas llevadas ha cabo, ya sea la reforma laboral, de las pensiones,la de la ley electoral para dejarla como estaba, sin una posición clara para terminar con el transfuguismo político. Es difícil de entender que se de  soporte ha estos acuerdos siendo que el Parlament de Cataluña, como el de Asturias, y muchos ayuntamientos apoyan al Gobierno. ¿No sería mejor romper estos acuerdos en protesta de la práctica política del Gobierno del Estado?

Se puede decir que en los ayuntamientos la gestión es para que los ciudadanos tengan respuestas a sus problemas más cercanos. Esto no justifica el que se tenga que apoyar esos acuerdos. Por lo tanto,  no se tendría que apoyar a quienes dan soporte al gobierno.  De continuar haciéndolo caemos en una contradicción, apoyamos a quienes apoyan al gobierno que esta haciendo una política contraria a los principios de la otra “izquierda”.

Todo esto, nos hace llegar al principio de la reflexión.  ¿Hace falta otra izquierda? Sí.  Hace falta una izquierda,   con unos valores que están apunto de desaparecer. Unos valores solidarios, sin caer en falsas demagogias.  No tiene que ser la izquierda de los marginados. No los tiene que abandonar. Tiene que ser la izquierda de todos los trabajadores. En estos momentos, existen profesiones cuyos trabajadores son asalariados y estos venden su fuerza de trabajo y sus enseñanzas. Esto nada tiene que ver con los proletarios tradicionales de principios de siglo. Una izquierda que de respuestas y aglutine a la cultura. Todos juntos, fuerzas del trabajo y la cultura, tendrían que ser los que dirijeran el presente y el futuro más inmediato.

Esa izquierda no tiene que tener complejos a la hora de hacer sus propuestas. Se tiene que plantear la creación de una banca pública. Recuperar las empresas estratégicas,  eléctricas, carburantes y refinerías. Se tiene que plantea unos servicios públicos, de sanidad, educación, y transportes.

Se tiene que plantear, una política exterior, de buenas relaciones con los vecinos y en general con todos los estados, pero dejando claro que no participara en ninguna misión de guerra. Que nuestro ejercito, intervendrá solo en catástrofes naturales para ayudar a la recuperación de sus pueblos.

Cuando se dice que estas medidas no se pueden llevar a cabo sino es en toda  Europa, yo sostengo, que al igual que los francees, no esperan que toda Europa se movilice en contra de las reformas de las pensiones. También se puede luchar por una banca pública sin que lo hagan el resto de los estados. Alguien tiene que ser el que lance la primera piedra, para que después se convierta en un gran pedrisco, en contra de la banca privada y los mercados financieros.

Si esta izquierda existiera sería un gran alivio para toda la clase trabajadora. Y hace falta por una razón. La lucha de clases esta pendient y hoy, más que nunca,  hace falta para combatir al capitalismo que quiere esclavizar al mundo para continuar mandando hasta en los pensamientos de los seres humanos. Pero, como esa izquierda no existe hace falta crearla.