martes, 3 de abril de 2012

Terrorismo y vandalismo callejero


De entrada estoy en contra del terrorismo.  Pero  para ser riguroso, se tendría que hablar  de todo tipo de terrorismo. También existe el terrorismo de estado. Y cuado esto ocurre se esta deslegitimado, para condenar el otro terrorismo que tanto daño  hace a la sociedad. Aunque sea menos que el que hacen los mercenarios en las regiones en guerra.

Alguien se tendría que preguntar, a que es debido que todavía en  la segunda década del presente siglo, se dan estos problemas, en la sociedad. Una respuesta, es que los gobiernos se aprovechan de estos conflictos para practicar un tipo de políticas y  condicionar la sensibilidad  de la ciudadanía sobre estos temas. Pero no informan que las guerras de los últimos años no dejan de ser actos terroristas porque se invaden países con el único fin de apoderarse de sus riquezas. “petróleo” o controlar zonas consideradas estratégicas, de la tierra.

Como se tendría que definir las practicas financieras que están imponiendo los mercados, los bancos y las agencias de valoración, que sus consecuencia están llevando a muchos países a la quiebra, y son responsables directos de los miles de niños mujeres y ancianos que diariamente mueren en el mundo que por no tener, no tienen ni el agua que es un bien de la humanidad pero que los poderes financieros quieren controlar. Esto es sin lugar a dudas terrorismo económico.

Existe el terrorismo empresarial, que como propone la gran patronal, quiere que el despido sea total mente gratis, y que se suprima la libertad de huelga  que recoge la constitución, y tener  la potestad de decir a los trabajadores que la puerta la tienen abierta  si no les gustan sus normas. Fernando Rosells presidente de la CEOE se tendría que declarar persona no grata.

Las eléctricas, imponen un terrorismo con sus subidas  del precio de la luz, argumentando que tienen que mantener las redes de distribución y las obras que hacen. Disfrutan de las centrales hidroeléctricas, construidas con dinero público, mandan en el agua que mueven las turbinas productoras de energía, y en cima recurren al constitucional que les da la razón en estos aumentos, a pesar de tener beneficios en sus cuentas, esto es terrorismo energético,  que es más malo que la quema de cuatro contenedores en la ciudad Condal.

Los gobiernos, se valen del terrorismo, para vender armamento en el mercado negro para que les llegue a los terroristas, y después tener la excusa de que se tiene que terminar con ellos. Infiltran  policías en las manifestaciones conflictivas para que lancen la primera piedra y que sean otros los que paguen las consecuencias. Los gobiernos saben que cuando han sido descubiertos los infiltrados y los han apaleados,  no han podido presentar cargos para no descubrir esta estrategia. Esto también es terrorismo.

Los gobiernos son los responsables de todas estas cosas, porque no saben escuchar las quejas de la calle, y cuando se aprieta más de lo razonablemente establecido, salta la chispa y emergen los “anti sistemas” por la misma razón que los que mandan se están cargando el sistema que nos dimos en los primeros años de la democracia y que ahora quieren abolir todas las conquistas que se consiguieron en estos años. Si a los “vándalos” se les aplica las mismas leyes que a los terroristas de la caleborroca, pronto estará limitada la libertad de expresión y quedaran prohibidas las reuniones de más de tres personas.

Antonio Montero Zarco


Sumacàrcer 1 de  abril de 2012








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