sábado, 17 de agosto de 2013

LA CLASE OBRERA SE DURMIÓ

Todo el mundo tiene derecho a descansar durmiendo, pero no dormirse. Los trabajadores más que nadie. Son los que mueven la economía y hacen que funcione el país. ¿Quien es más preciso en la sociedad, los obreros o los empresarios? Tal vez sean los dos necesarios, pero el obrero, sino trabaja solo tiene que perder en los casos más extremos la vida. Pero el empresario, pierde los privilegios, de los yates, apartamentos en los sitios más privilegiados, los viajes a países exóticos, las coches de alta gama, aviones privados, “queridas” que se compran con dinero, conseguido de la explotación de los trabajadores. Todo esto es lo que pierden estos canallas, que se dedican a la explotación del hombre.

¿Porque se se durmió la clase obrera de esta generación? Tal vez la respuesta, sea que confió en el trabajo de sus progenitores, porque estos hicieron el esfuerzo de facilitarles de todo lo que ellos habían carecido. Se lo encontraron todo “hecho” y no se les explicó como se había conseguido, dando la sensación de que los “privilegios” que disfrutaban, eran por el derecho de haber nacido. Mientras éstos pensaban que todo funcionara porque era una responsabilidad de los gobernantes que así fuera. La ambición trabajaba mientras el musculo dormía, para buscar las formas de tenerlos esclavizados y arrebatarlos todo lo conseguido .

¿Hasta que punto se puede pedir responsabilidades a la clase obrera por haberse dormido? Es complicado dar una respuesta convincente a esta pregunta. Pero pongamos por caso, que confiaron en aquellos que decían ser representantes de sus interese y fueron engañados. Tal vez fuera uno de sus fallos,  confiar en una clase dirigente que se olvidó de sus raíces ideológicas para ponerse al servicio del capital. Esto no justifica el haberse dormido, tenían que haber pedido responsabilidades.

Y es preciso dormir, para poder iniciar día a día, las tareas de producir para que el mundo siga adelante, es preciso dormir, para dar descaso a la espalda que ha estado doblada trabajando la tierra o pastando arena para que el oficial levante una pared. Y es preciso dormir, para que profesores puedan elaborar sus clases y hacer que los alumnos aprenda ha ser personas de bien, aunque no siempre se consigue, ya que muchos aprende como hacer para vivir a costa de los demás, sin importarles que para satisfacer sus ansias de poder tienen que humillar ha su prójimo.

No sería injusto, cargar toda la responsabilidad de haberse dormido a los obreros, algo de responsabilidad tiene que tener las organizaciones de los trabajadores. ¿Han cumplido los sindicatos como organización de los trabajadores con su cometido? Algo de responsabilidad tienen. Recordemos cuando proponían planes de pensiones privados. Si hemos dicho, que alguna vez confiaron en la clase política y les fallaron, los sindicatos, confundieron su papel y se convirtieron en sindicatos de gestión. Dejaron de lado su sentido reivindicativo, para utilizarlo en ocasiones muy concretas. A pesar de todo, hoy es la única herramienta que la clase obrera tiene para defenderse de las agresiones del capitalismo.

¿Que hace falta para que los trabajadores salgan de su sueño aletargado? Esta es otra de las preguntas que hace difícil su respuesta. Las agresiones a todos los derechos, son tan malignas, que cuesta trabajo el entender como se sigue durmiendo y no se da una respuesta como se merece. ¿Que hace falta para que la clase obrera salga de su letargo?
En este asunto, algo tendrían que decir los dirigentes de la izquierda. ¿Habrá un compromiso de derogar todas las leyes nocivas que se han aprobado en los últimos años? Tal vez haya necesidad, de la aparición en la vida política, de alguien que pueda despertar una ilusión creíble, capaz de movilizar a cientos de miles de ciudadanos, en un proyecto, que valla más allá de un cambio de gobierno.

Se tiene que cambiar de sistema. No es suficiente con cambiar el gobierno. No puede ser que tengamos una institución, como la monarquía, que hace y deshace sin rendir cuentas de su gestión. No puede ser que la mayoría de la sociedad, sea esclava de una minoría que miente y no cumple nada de lo que dijo que iba hacer. No puede ser que el presidente del gobierno, no diga la verdad en el parlamento sobre los casos de corrupción, y se que de tan tranquilo. No puede justificar los dirigentes del PP que los brotes racistas y senofobos entre sus juventudes, son cosa de jóvenes. No vale que este otoño cambie algunos ministros para lavar la imagen que han creado con sus mentiras.

Por ello, se tiene que conectar todas las alarmas, hacer que las campanas de los pueblos y las catedrales, se pongan a repicar, y no precisamente par ir a escuchar misa de ese poder fáctico que representa esta iglesia, sino para hacer que los trabajadores se despierten y hagan valer esa mayoría social, para que los gestores, del gobierno, estén al servicio del pueblo, y no el pueblo al servicio de una minoría que nada tiene que ver con las necesidades de la gente.


En ese despertar, se tiene que desterrar el miedo clavado en el cuerpo que hizo que se resignara, y lamentar por las noches los sufrimientos padecidos durante el día por el temor al despido, ese despertar, tiene que servir para recuperar la dignidad que nos han hecho perder. Ese despertar tiene que servir para poner las cosas en su sitio y no permitir que nadie se otorgue la potestad de decidir nada que signifique una agresión a los derechos conseguidos.
La clase obrera, tiene derecho a dormir, y soñar con un mundo mejor, pero es necesario hoy, salir del letargo, y decir !basta ya! Sobran ladrones, esclavista, banqueros y corruptos y reyes que no rinden cuentas al pueblo soberano.
!Por una nueva República!

Antonio Montero Zarco

13 de agosto de 2013

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