LA CLASE
OBRERA SE DURMIÓ
Todo
el mundo tiene derecho a descansar durmiendo, pero no dormirse. Los
trabajadores más que nadie. Son los que mueven la economía y hacen
que funcione el país. ¿Quien es más preciso en la sociedad, los
obreros o los empresarios? Tal vez sean los dos necesarios, pero el
obrero, sino trabaja solo tiene que perder en los casos más extremos
la vida. Pero el empresario, pierde los privilegios, de los yates,
apartamentos en los sitios más privilegiados, los viajes a países
exóticos, las coches de alta gama, aviones privados, “queridas”
que se compran con dinero, conseguido de la explotación de los
trabajadores. Todo esto es lo que pierden estos canallas, que se
dedican a la explotación del hombre.
¿Porque
se se durmió la clase obrera de esta generación? Tal vez la
respuesta, sea que confió en el trabajo de sus progenitores, porque
estos hicieron el esfuerzo de facilitarles de todo lo que ellos
habían carecido. Se lo encontraron todo “hecho” y no se les
explicó como se había conseguido, dando la sensación de que los
“privilegios” que disfrutaban, eran por el derecho de haber
nacido. Mientras
éstos pensaban que todo funcionara porque era una responsabilidad de
los gobernantes que así fuera. La ambición trabajaba mientras el
musculo dormía, para buscar las formas de tenerlos esclavizados y arrebatarlos todo lo conseguido .
¿Hasta
que punto se puede pedir responsabilidades a la clase obrera por
haberse dormido? Es complicado dar una respuesta convincente a esta
pregunta. Pero pongamos por caso, que confiaron en aquellos que
decían ser representantes de sus interese y fueron engañados. Tal
vez fuera uno de sus fallos, confiar en una clase dirigente que
se olvidó de sus raíces ideológicas para ponerse al servicio del
capital. Esto no justifica el haberse dormido, tenían que haber
pedido responsabilidades.
Y
es preciso dormir, para poder iniciar día a día, las tareas de
producir para que el mundo siga adelante, es preciso dormir, para dar
descaso a la espalda que ha estado doblada trabajando la tierra o
pastando arena para que el oficial levante una pared. Y es preciso
dormir, para que profesores puedan elaborar sus clases y hacer que
los alumnos aprenda ha ser personas de bien, aunque no siempre se
consigue, ya que muchos aprende como hacer para vivir a costa de los
demás, sin importarles que para satisfacer sus ansias de poder
tienen que humillar ha su prójimo.
No
sería injusto, cargar toda la responsabilidad de haberse dormido a
los obreros, algo de responsabilidad tiene que tener las
organizaciones de los trabajadores. ¿Han cumplido los sindicatos
como organización de los trabajadores con su cometido? Algo de
responsabilidad tienen. Recordemos cuando proponían planes de
pensiones privados. Si hemos dicho, que alguna vez confiaron en la
clase política y les fallaron, los sindicatos, confundieron su papel
y se convirtieron en sindicatos de gestión. Dejaron de lado su
sentido reivindicativo, para utilizarlo en ocasiones muy concretas. A
pesar de todo, hoy es la única herramienta que la clase obrera tiene
para defenderse de las agresiones del capitalismo.
¿Que
hace falta para que los trabajadores salgan de su sueño aletargado?
Esta es otra de las preguntas que hace difícil su respuesta. Las
agresiones a todos los derechos, son tan malignas, que cuesta trabajo
el entender como se sigue durmiendo y no se da una respuesta como se
merece. ¿Que hace falta para que la clase obrera salga de su
letargo?
En
este asunto, algo tendrían que decir los dirigentes de la
izquierda. ¿Habrá un compromiso de derogar todas las leyes nocivas
que se han aprobado en los últimos años? Tal vez haya necesidad,
de la aparición en la vida política, de alguien que pueda despertar
una ilusión creíble, capaz de movilizar a cientos de miles de
ciudadanos, en un proyecto, que valla más allá de un cambio de
gobierno.
Se
tiene que cambiar de sistema. No es suficiente con cambiar el
gobierno. No puede ser que tengamos una institución, como la
monarquía, que hace y deshace sin rendir cuentas de su gestión. No
puede ser que la mayoría de la sociedad, sea esclava de una
minoría que miente y no cumple nada de lo que dijo que iba hacer. No
puede ser que el presidente del gobierno, no diga la verdad en el
parlamento sobre los casos de corrupción, y se que de tan tranquilo.
No puede justificar los dirigentes del PP que los brotes racistas y
senofobos entre sus juventudes, son cosa de jóvenes. No vale que
este otoño cambie algunos ministros para lavar la imagen que han
creado con sus mentiras.
Por
ello, se tiene que conectar todas las alarmas, hacer que las campanas
de los pueblos y las catedrales, se pongan a repicar, y no
precisamente par ir a escuchar misa de ese poder fáctico que
representa esta iglesia, sino para hacer que los trabajadores se
despierten y hagan valer esa mayoría social, para que los gestores,
del gobierno, estén al servicio del pueblo, y no el pueblo al
servicio de una minoría que nada tiene que ver con las necesidades
de la gente.
En
ese despertar, se tiene que desterrar el miedo clavado en el cuerpo
que hizo que se resignara, y lamentar por las
noches los sufrimientos padecidos durante el día por el temor al
despido, ese despertar, tiene que servir para recuperar la dignidad
que nos han hecho perder. Ese despertar tiene que servir para poner
las cosas en su sitio y no permitir que nadie se otorgue la potestad
de decidir nada que signifique una agresión a los derechos
conseguidos.
La
clase obrera, tiene derecho a dormir, y soñar con un mundo mejor,
pero es necesario hoy, salir del letargo, y decir !basta ya! Sobran
ladrones, esclavista, banqueros y corruptos y reyes que no rinden
cuentas al pueblo soberano.
!Por
una nueva República!
Antonio
Montero Zarco
13
de agosto de 2013
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