Las
comparaciones son odiosas como dice refrán.
Aveces
recurrimos a ellas para ilustrar una idea.
LA
HISTORIA SE REPITE
Hemos
escuchado infinidad de veces los reproches que se hacen a la
izquierda por sus posiciones sobre lo público y lo privado de las
grandes fortunas y tras grandes cosas.
Se les
hecha en cara su pertenecía a la ideología socialista “sobre el
Marxismo” como una cosa anclada en el pasado que no tiene hoy
ninguna validez. Sin embargo se olvidan del paralelismo con otras
formas de gobernar. ¿Pero cuando hemos se a cuchado una critica de
censura a su paralelismo con la derecha más reaccionaria del el
pasado?
La
izquierda cuando ha gobernado ha sido tímida en la aplicación de
políticas de izquierdas. Ha privatizado empresas públicas y ha
congelado impuestos a los más poderosos. Todo porque el reproche a
su pertenencia al pasado les ha intimidado y han cedido a las
demandas que la derecha recalcitrante han exigido más y más, hasta
hacer creer y confundir a la gente de que todos los políticos son
iguales.
Dicho lo
cual tenemos que analizar, el paralelismo existente entre la derecha
actual y la derecha de los años 30 del siglo pasado que formó el
gobierno conocido como el bienio negro. Vemos como la historia se
repite y sin embargo nadie lo reprochan y hasta esta bien visto por
los poderes facticos que son los primeros que presionan a la
izquierda cuando gobierna.
Podemos
ver a poco que nos adentremos un poco en la historia, la copia de
las políticas aplicadas en los años del pasado y la actualidad.
¿Que hace el gobierno con los derechos conseguido por los
trabajadores en los últimos años? Arrebatárselos. La
censura en los medios de información públicos es más que evidente,
y encima cuentan con los diarios de derechas para desfigurar la
realidad existente. En aquellos dos largo años del bienio negro, se
impuso la censura y la persecución de opiniones discrepantes.
Paralelamente
a esta censura, por el Gobierno radical-cedista y protegido por éste,
los terratenientes y los capitalistas, los patronos realizaron un
ataque a fondo contra los salarios de los obreros, contra sus
condiciones de vida y de trabajo ya misera de por si. El mismo Gil
robles después de su fracaso de del 16 de febrero, se vio obligado a
reconocer que “hay también muchos (capitalistas y propietarios)
que con su egoísmo suicida, tan pronto llegaron a tener la derechas
participación en el Gobierno, bajaron los jornales, elevaron las
rentas, intentaron y consiguieron desahucios injustos y olvidaron la
triste experiencia de los años 1931 – 1933.
con estas citas queda demostrado el paralelismo entre la derecha y
los patronos de los años 30, con la derecha gobernante en este
Gobierno que preside Rajoy de principios del siglo XXI.
Como Gil Robles se veía obligado a decir alguna verdad, la decía
incompleta. Lo mismo ocurre con Mariano Rajoy que le supera en
mentir. Al igual que los capitalistas de entonces no solamente se
“aprovecharon de la situación para bajar salarios” es lo mismo
que hacen los capitalistas de hoy amparado por este Gobierno.
Las
políticas llevadas a cabo por el Gobierno radical-cedista, de un
ataque contra las condiciones económicas de los obreros y los
campesinos, y la pequeña burguesía, inspirado, dirigido y
protegido por el Gobierno. Desde el poder las derechas, su
parlamento y su Gobierno, votaron unas leyes y anularon otras, con el
fin facilitar la ofensiva de los patronos contra los trabajadores.
Prepararon una nueva ley anulando la anterior y con eso facilitaron a
los patronos la posibilidad de disponer a su antojo de la vida y la
suerte de los trabajadores.
En
la actualidad, el Gobierno de Rajoy a puesto a disposición de los
empresarios el que puedan despedir por causas objetivas, cuando el
empresario diga que tiene perdidas, y haciendo el despido libre.
También se ha cargado el derecho a la negociación colectiva que
recogía la constitución en su articulo 37.
Con el Gobierno radical-cedista, los salarios de los obreros bajaron
de diez y doce pesetas a cinco y cuatro. Los jornales en el campo
descendieron de seis y nueve pesetas, hasta una peseta y cincuenta
céntimos para los hombres y sesenta céntimos para las mujeres por
una jornada de sol a sol.
Mientras tanto la derecha votaba en el parlamento millones de pesetas
para el clero el ejercito y la guardia civil y para las fuerzas de
represión: mientras el paro aumentaba. Paralelo a esto el gobierno
permitía que los ahorros de los ricos quedaran seguros en los
bancos, y con más de ocho mil millones de pesetas en las cuentas
corrientes de los bancos, los modestos productores no lograban
créditos baratos con lo que el paro fue en aumento llegándose a
contar según las estadísticas oficiales, en el periodo de Gil
Robles se pasó de 586.000 a 780.242, y las cifras no oficiales daban
más de un millón y medio de obreros en paro.
Lo mismo que hoy el Gobierno de Mariano Rajoy protege a los bancos y
los grandes inversores y niega el pan y la sal a la pequeña y
mediana empresa, mientra carga el peso de la crisis contra los más
débiles, bajadas de pensiones, bajada de salarios, congelación de
pagas, aumento de impuestos como el IVA, copago en las medicinas,
recortando dinero para educación pública, en beneficio de la
privada para que no falte dinero para fortalecer los bancos.
Hoy al igual que ayer aquel Gobierno de derechas aunque tarde,
reconocía su fracaso diciendo verdades a medias, lo mismo que
Rajoy no cuenta las mentiras que dice para mantenerse en el poder por
mandato del gran capital. Aquellos políticos tenían el ABC para
airear sus mentiras, hoy el mismo diario, airea las mentiras del
Gobierno, más la Razón que le iría mejor la sin razón, y los
medios audiovisuales todos para difundir la sin razón de este
Gobierno.
Dicho
todo esto como conclusión, cabría señalar el esfuerzo, interés y
el talante de los dirigentes de la izquierda para hacer confluir los
intereses de los trabajadores, dejando aparcado los interese
partidistas y hacer que la unión de las centrales sindicales de
clase, empujaran el carro en el mismo sentido y hacer posible el
triunfo de frente popular.
Por
ello, las diferentes izquierdas existentes en nuestro país, se
tendría que plantear si ante la situación de paro y perdida de
derechos sociales, como ocurrió en aquellos días de los años 30
no valdría la pena hacer el esfuerzo y el sacrificio de dejar
aparcado los intereses de partido para hacer y crear las condiciones
de dar la batalla y desterrar del poder a la derecha financiera y
desterrar a los políticos mentirosos de la vida política del país
ya que la historia y el paralelismos se repite 78 años después.
Dicho
esto, no me siento molesto por que me digan que mis ideas Marxistas
están desfasadas, esas ideas me nutren del sentido de pertenecer a
la clase obrera de la que he formado parte. Tal vez mis amigos de la
izquierda me digan que lo que planteo es una utopía, que no se
puede realizar. Porque en estos momentos, las fuerzas mayoritarias de
la izquierda, no se plantean este tema con la fuerza que se tendría
que emplear . Esto sería un motivo pero no insalvable. Dejemos pues
que desmantelen totalmente la enseñanza, la sanidad, las
pensiones, la dependencia, y luego de todo perdido, nos juntemos en
un rincón para llorar nuestras penas.
Antonio Montero zarco
5
de octubre de 2013