SOLIDARIDAD
El
sentido de esta palabra, es mucho más importante que su resultado.
Hasta nos hace tener contradicciones. Yo como siempre exponga las
mías.
Como
entiendo la solidaridad, así sin pensarlo dos veces, me siento como
si yo fuera uno de esos despedidos de la fabrica, la obra, el taller,
el centro de estudios, la enfermera, el médico, el ingeniero, el
lechero, el electricista, el barrendero, el camarero, fontanero,
carpintero, bombero, policía, el abogado asesor de la empresa, el
economista. Con todos los profesores en todas sus categorías, con
todo el cuerpo sanitario, con los mineros, camioneros, pescadores,
con los campesinos, que les estrujan los precios de sus cosechas,
con los jubilados, con los niños que ya no tienen una alimentación
adecuada, con ese que no puede ir a la escuela, con la mujer
maltratada, con los inmigrantes, con los que emigra de nuestro país
como en los años más duros de la dictadura, con todos los
desahuciados de sus viviendas. Con todos los estafados de las
preferentemente. Dicho esto, me surgen las tres primeras
contradicciones.
1 No
puedo ser solidario, con aquellos que compraron viviendas para la
especulación, y han sido desahuciados.
2 No
puedo ser solidario, con los que invirtieron en las preferentes
sabiendo lo que se llevaban entre manos. Ni solidario y en contra de
que el “Gobierno” les pague ninguna indemnización, a estos
especuladores. Si soy solidario, con los que fueron engañados por
trabajadores que estaban vendiendo un producto que habían inventado
los dirigentes de los bancos, y que tenía que vender para quedar
bien con el director y que no tomara represalias contra ellos.
He dicho
dos contradicciones, pero hay muchas más. ¿Todos entendemos la
solidaridad en los mismos términos y le damos el mismo valor? A qui
tiene mucho que ver el instinto de clase. Como he dicho ya en muchas
ocasiones, yo pertenezco a la clase obrera, y no me avergüenzo de
ello. Este es uno de los principios, que me hace sentir solidario,
con todos los que he mencionado antes.
¿Pero
los antes mencionados, entienden la solidaridad, como yo la expreso?
En estos
tiempos de tantos recortes, despidos en todos los sectores de la vida
cotidiana del país, ¿Hemos confluido en las manifestaciones, todos
los que estaban en procesos de regulación de empleo? ¿Estaban
todos los despedidos o faltaban muchos? ¿estaban al completo todos
los parados de larga duración? ¿había un gran número de
jubilados protestando por los recortes en las pensiones? Sin embargo
muchos “fuimos en solidaridad” con los directamente afectados.
Hago esta
reflexión, para que analicemos la profundidad de la solidaridad. Es
lamentable, que cuando los trabajadores hemos salido a la calle a
reivindicar, libertades, mejoras salariales y derechos sociales, lo
hemos hecho y revindicado para todos. Sin embargo, otros sectores del
mundo del laboral, se quedaron en sus centro de trabajo, como si lo
que se pedía no fuera con ellos. ¿Se puede tomar esto como un
reproche, hacia aquellos que se hicieron los sordos?. Tómese como
se quiera, lo que cuenta es tener la conciencia tranquila.
Antes he
dicho lo de las contradicciones, y lo mantengo. Quiero decir que soy
solidario, con todos los solidarios anónimos de este país, ha ellos
y a todos los demás, quisiera que dedicaran unos minutos a pensar,
hasta donde llega el alcance de su solidaridad, y cual es el bien que
se hace, y sus contradicciones. Por ejemplo. Todos sabemos o
deberíamos saber, hasta donde llegan las ayudas de los diferentes
bancos de alimentos y centros a los que la gente acude a “comer”,
y cuanta gente se beneficia de ellos y quienes son realmente los que
aportan estos alimentos.
Esta
solidaridad, no se tiene que dejar perder. No podemos dejar a nuestro
vecino desamparado a sus suerte. Ahora bien, ¿Quienes son los
responsables de que estemos viviendo esta situación?
En primer
lugar El sistema capitalista, amparado y protegido por los gobiernos
títeres que se prestan a ejecutar sus mandatos, el gobierno del PP
encabezado por Mariano Rajoy es el mejor exponente de esa practica.
Este
sistema, que encabezan los bancos, las multinacionales y los mercados
financieros, son los responsables directos de que florezcan los
bancos de alimentos y los centros de acogida para todos aquellos que
han condenado a la marginación, y la discriminación social. En esta
situación, es cuando con más fuerza nace la solidaridad.
Llegado a
esta situación, la solidaridad, es de suma importancia. Pero ¿Somos
conscientes que nuestro esfuerzo solidario tiene dos destinatarios
diferentes? Los primeros, los que están al borde del abismo.
Abismo creado por la carroña financiera y políticos ineptos, que
debido a la solidaridad de la gente de buen voluntad, les “resuelve”
parte del problema que estos criminales han creado.
Es decir,
el pueblo solidario se convierte en el principal elemento a la hora
de a paliar los problemas más directos de los compatriotas. Dicho de
esta forma, se puede pensar que este tipo de solidaridad, se debe
de cortar, por que en parte le estamos resolviendo el problema ha
quienes nos están esclavizado. Le estamos resolviendo el problema,
al Gobierno, a la patronal y a los criminales de la banca. Pero no
por ello tonemos que abandonar en nuestra empresa.
Decía
lo de la contradicción de la palabra solidaridad, y la forma
solidaria, de llevarlas a cabo. En los primeros casos, solidarios,
contra todo tipo de despidos, recortes, etc sin que haya
reciprocidad por parte del conjunto de afectados, y en cuanto al
segundo caso de ayudas solidarias más directas, para el que no tiene
que llevarse a la boca, no se puede abandonar esa practica, ya que de
ello depende el que cientos de miles de personas puedan tener
algún sustento para continuar viviendo y soportando a los opresores,
sin esperar nada a cambio.
Por lo
tanto, debería ser necesario, que los miles de anónimos solidarios,
hicieran el ejercicio solidariamente de, explicar quienes son los
verdaderos responsables de la falta de alimentos, que sufren esos
miles de cuidadnos que antes mencionaba. Y los culpables, son sin
lugar a dudas, los Gobernantes de la derecha que se prestan a ser gestores y
lacayos del capitalismo.
Antonio
Montero Zarco
7 de
noviembre de 2013
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