La política es una ciencia
que trata de la organización de la sociedad humana. Esta ciencia hace mucho
tiempo no se estudiaba en las universidades. La rivalidad se saldaba tras largos
debates, la dialéctica era un arma clave para derrotar al adversario. Se
confrontaban ideas sobre los asuntos a
tratar. Los intereses eran muy parecidos ya que la composición de los
parlamentos “Senado” solo representaba a las clases acaudaladas dominantes.
En la actualidad, la política se enseña en la universidad, o
mejor dicho, muchos, algunos van a la universidad para buscar contactos en las
esferas políticas y hacer del fracaso de sus estudios una forma de vida atraves
del “enchufe” en otras palabras la política que hoy se practica sencillamente,
es una mierda, cuentan los votos, nunca la ética, la dialéctica y la
confrontación de ideas.
Esta situación provoca
inquietud en la falta de confrontación
de ideas ya que solo se utiliza la
trilla de la mayorías que forma el gobierno, el partido gobernante utiliza el gobierno
y las instituciones como algo de su propiedad que le permite realizar todos los
desmanes que los “deshechos” de la universidad ejercen en beneficio personal y
de rebote del partido que lo aupó al cargo institucional que desempeña.
Inquietud porque la
utilización de los poderes públicos como cosa propia, hace que se desnaturalice
la justicia, que permite que el robo, el saqueo y la prevaricación de lo público
y tengan carta blanca para su ejecución.
Inquietud, porque se ha creado una alarma social ante la impunidad de la clase política,
ya no se confía en las instituciones ejecutivas que a la vista de la gente de la
calle los jueces son unos vendidos al poder político y financiero (Carlos Fabra
7 jueces distintos para actuar en contra de ese delincuente) por ello no es ningún
invento casual, lo confirman los más de 1.900 imputados y solo 170 han sido condenados.
Por lo tanto, cuando se habla del respeto a las instituciones, lo primero que
tenía que suceder es que los componentes
de ellas se respetaran a sí mismo para hacerlas respetables. Mientras esto no
suceda es lógico el desprecio de la ciudadanía hacia ellas.
Por ello al analizar el
comportamiento de los diferentes partidos políticos, la inquietud se acentúa al
ver sus comportamientos. Las comparaciones son odiosas, sin embargo los
detractores nacionalista de las políticas
aplicadas por el PP hablan con la boca “pequeña porque detrás están los mismos
intereses, la economía y considerar los parlamentos, diputaciones y grandes
ayuntamientos como algo de su pertenecía.
No se explica de otra forma,
primero la composición de la presidencia del congreso que está en manos del PP.
No vale la explicación de que son los que más diputados tienen, la aritmética
de la cámara dan o pueden dar otros resultados como se ha podido comprobar en
varias ocasiones.
Cuando hablamos de
detractores hay que señalar los partidos nacionalistas. La izquierda es “lógico”
que no acepte la política que está imponiendo Rajoy pero ¿Cómo explican esa
falta de conexión de la izquierda, siendo que sus problemas estarían como mínimo
mejor atendida que lo están ahora?
Esta falta de entendimiento
por parte de toda la oposición exceptuando Ciudadanos, están dando alas al PP y
a sus instituciones para ejecutar el recorte de la libertad de expresión y
manifestación, y atemorizar a los ciudadanos para que no salgan de sus casas,
algo así como cuando la calle era de un tal Fraga, ante esta situación tenemos
que poner en ¡alerta! a toda la sociedad para que no nos ocurra como el poema
de Bertolt Brecht cuando dice: “primero vinieron por os comunistas, luego por
los judíos, después por los socialistas, y luego vinieron por mí pero para
entonces ya no había nadie que dijera”. “Por ello el que no conoce la verdad es
simplemente un ignorante pero el que la conoce y la llama mentira es un criminal…
La necesidad de estar alerta
y salir a la calle para decir ¡basta! A las atrocidades de la justicia en nombre de
herir los sentimientos, se hace una cuestión indispensable, este primero de
mayo junto a las reivindicaciones de los salarios, la sanidad, la enseñanza y
las jubilaciones dignas, tiene que destacar la
“libertad de expresión” si
ellos hablan de sentimientos ¿Los míos quien los respeta?
Antonio
Montero Zarco
9 de
abril de 2017
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