LA
RESPUESTA LA TENÍA PREPARADA
Hacia unos días que no tenía
contacto con los compañeros del sindicato, con los “viejos” sí, eso que
estuvieron en la lucha contra la dictadura, por las libertades la democracia y
mejores condiciones de vida, hoy continúan en esa lucha y en la misma trinchera,
son “irreductibles”.
La pregunta fue, ¿Cómo
estás? Y la repuesta fue la siguiente: vengo de una familia republicana, luché
porque mi voto tuviera validez y hoy pienso si tendrá algún
valor el próximo que deposite en
la urna.
¡Lo que acabas de decir es
muy serio!
Así termino el encuentro con
los viejos sindicalistas sobre a la pregunta y la respuesta.
Se fue pensativo sobre el
valor de su voto, se preguntaba él porque no tendría valor, y solo le acudía a
la mente, la necesidad de un partido con una base ideológica clara. No
encontraba la repuesta adecuada porque, muchos filósofos he ideólogas habían teorizado
mucho sobre el tema de lo complejo que era analizar el significado de esta
palabra, sin indagar en las contradicciones del tema.
Tenían razón los teóricos
que la ideología se prestaba a las dos tendencias, o varias formas de entender
la amplitud de la ideología.
Para un hombre que se curtió
en el trabajo, con las manos encallecidas por el huso que hacía de ellas, era
muy sencillo diferenciar entre una ideología y otra.
Él lo veía de la siguiente
forma; diferenciar el bien del mal. Pero aquí se encontraba nuevamente, con que
no hay mal sin con cosas buena ni bien sin cosas malas. Pero él, al ser un hombre sin más luces que su instinto
de clase, empezó a buscar repuestas que fueran accesible para todos los de su
clase.
El bien lo definía de la
siguiente forma; tal vez influenciado
por la pandemia que con sus secuelas ya se había superado.
Cuando los políticos recortaban
en sanidad, y en personal cualificado eso, partencia al mal. Aunque ese mal fuera bien para los carroñeros que
hacían fortuna a costa del sufrimiento y la muerte de las personas. Esta
contradicción daba ánimos al repleto de canas para afirmar que eso, todo eso,
era el mal.
Y el bien, significaba poner
a disposición de la sanidad, más personal sanitario, más medios técnicos y
científicos. Cualquiera de los que va por las mañanas cuando terminan de poner
las calles en las ciudades y pueblos para ir al trabajo lo entiende.
Esto no sustituye a las teorías filosóficas de
los estudiosos. Él diría que lo complementa. Ho lo hace más digestible para la
mayoría de esa sociedad que no estudió.
Sin darse cuente, se había metido en un mundo
donde tenía muy pocas posibilidades de acertar en su planteamientos ya que
carecían de una mínima base científica, para él solo existía la lógica.
Estaba la guerra, y las
guerras anteriores, y las más anteriores y los dioses, en todas las guerras,
han sido los malos los que las han provocado para su lucro y poder personal.
Si nunca hubiera habido
armas las guerras no se hubieran sucedido con tanta maldad como lo han hecho a
lo largo de los siglos. Pero esta utopía no es compatible con el bien. El mal
se impone y es el dominante.
Ya en tiempos pasados la
falta de una ideología determinada, hacia una división de clases. Alguien lo
intentó, y fue Crucificado, tuvo la osadía
de organizar un partido, que luchara contra el opresor invasor y el esclavismo de la gente humildes. Se dieron cuenta de su
fuerza, compraron traidores y le clavaron en una cruz.
Pero la ideología encontrá
de la esclavitud y los invasores, tenía ya un germen de lucha que no se podía
parar. No se pasaron muchos siglos, para que los imperialistas, se apoderaran
de esa ideología, transformándola para la defensa de sus interese.
Ya tenemos aquí una de las
ideologías más influyentes conocidas has el momento que siempre se utilizó y se
utiliza en contra de los más débiles. No solo la religión cristiana, todas las
religiones. Hasta las que matan a jóvenes que no llevar el velo como mandan los Ayatolas.
El viejo pensaba que sería imposible
intentar contabilizar todos los
crímenes, robos y violaciones que se han cometido y se están cometiendo en su
nombre y, a día de hoy se continúan cometiendo.
Sin embargo, según una parte
de los filosos esto está dentro de bien parque está hecho en nombre de un dios,
o de cristo. “Manda hipocresía” en esos filosofo de la teológica. Sí, todo esto
se encierra sobre una base ideológica.
Pensaba
que volviendo a la falta de una ideología que pudiera contrarrestar, las variantes de los pensadores del mal, el
viejo sindicalista quería volver a la realidad para que sus pensamientos
ideológicos fueran asequibles para la mayoría de esa sociedad que es la que
crea la riqueza real de los estados.
El mundo del capital siempre
se valió y continúa valiéndose de la ignorancia de los pueblos. Para ello no
hay nada mejor que idiotizarlos con las falsas creencias que les limite la
capacidad de pensar por sí mismo.
Ya lo he dicho en otras
ocasiones, pero da la sensación que hasta aquellos que piensan, aceptan la teoría de que las ideologías no
valen en el siglo XXI. Y es todo lo contrario.
Es verdad que estamos en inferioridad a todos lodos niveles. Los malos tienen el
poder y los medios para hacer vales sus intereses. ¿Pero que tenemos nosotros?
Nada, el poco instinto de clase que queda en
una minoría de parias de la tierra.
Si a esto le unimos la diversidad de partidos
denominados de izquierdas, nos encontramos con un abandono casi total por parte
de ellos. Pero mirar una cosa, todas las sensibilidades de la burguesía, los
banqueros, los empresarios, todos los partidos de la derecha y, ciertos
dirigentes del llamado partido socialista, todos coincide en recomendarle al
gobierno que rompa con sus socios de UP.
Los malos, la derecha,
acusan al gobierno de hacer propuestas ideológicas, que ¡cínicos! Y mal
nacidos, acusar al gobierno de una práctica que se viene repitiendo desde que
el mundo es mundo. Si algo ha perdurado en el tiempo es las luchas de clases. Y
hoy está más vigente que en otros tiempos pasados no muy lejanos. Sin embargo,
la preocupación del viejo sindicalista, era precisamente la falta de una base,
sólida y estable de una ideología clara para los que se denominan la izquierda
real.
El estar luchando, por el
día a día, según van ocurriendo los acontecimientos, está muy bien, pero ¿Qué
hacemos mañana, dentro de un mes de un año, a medio plazo? Ahí es donde se
falla por falta de esa base ideológica con miras al futuro que vaya mucho más
allá de las políticas sociales del día a día, que también, que no se pueden
abandonar.
Pero tenemos las guerras,
las invasiones de territorios, también en los territorios palestinos ocupada
por los judíos, tenemos, los grandes
operadores, de las energías eléctricas, carburantes, esos grandes asesinos
inversores en los productos de la alimentación, esos asesinos, grandes
operadores de la salud, todo eso
requiere, un partido, con una base ideológica clara, que sea capaz de que estos
problemas sean conocidos por las clases populares de todo el mundo. Y hagan de
todo ello su frete de lucha.
Las luchas contra las
políticas de Macron en Francia, las protestas contra la privatización de la
sanidad, todo eso tendría que estar coordinado y coincidir en el tiempo en los
diferentes países, pues está demostrado que la carestía de la vida es igual para todos los ciudadanos
de esta parte del mundo que se llama Europa. Y el resto de los ocupantes de la
tierra. Eso tendría mucho más eco si funcionara el sentido ideológico y la
coordinación de la clase obrera.
Ese nuevo partido, y no me
estoy refiriendo en ningún momento a todo lo que conocemos hoy. No puede ser la
suma de más partido. Lo que no quiere decir que no tenga en cuenta todas las
sensibilidades que se dan en nuestra sociedad, pero con una premisa
inquebrantable, la unidad de acción.
La unidad de acción es el
arma más poderosa que tiene la clase obrera si es capaz de utilizarla. Pero tropezamos con las
aspiraciones personales de muchos que se consideran dirigentes que, anteponen
sus aspiraciones personales a las colectivas o se conforman con pequeños
cambios. Por eso, en este mundo de las políticas, neoliberales se impone el
individualismo y los cambios no dejan de
ser reformas que cuando llegan los malos las destruyen y vuelta a volver a
empezar si se cambia la correlación de
fuerzas y el gobierno es de otro signo político.
El viejo trabajador de la
madera termino su pensamiento con la duda de si su voto tendría alguna
utilidad. El votar siempre tiene un valor, pero las dudas solo se desvelan
cuando se conocen los resultados.
Antonio Montero Zarco
27 de octubre de 2022
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