lunes, 24 de enero de 2011

¿Por qué la critica a la izquierda?

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Si nos paramos un  poco y echamos un vistazo al mapa electoral, se ve con claridad, que en los primeros años de la transición el color rojo prevalecía en todo el Estado.

El tiempo y los acontecimientos, han hecho, que se valla diluyendo hasta el punto que el color negro que representa la derecha va ganado posiciones, en nuestro país y en toda la UE.

Una de las consecuencias de este desgaste de la ideología de la izquierda, sin temor a decirlo y sin duda alguna, ha sido la falta ideológica en los cuadros dirigentes de los partidos de la izquierda sociológicamente mayoritaria.

Tuvimos unos años después de la II Guerra Mundial, en que la socialdemocracia, jugó un papel de ir consolidando lo que se conoció como el estado del bienestar. Pero sin lugar a dudas, se puede afirmar y yo sostengo que todos los logros conseguidos fueron bajo el paraguas de lo que representaba el muro de Berlín como el socialismo  real, más que por la acción de estas formaciones. 

Una vez traspasado el flujo de la estela del socialismo real, la socialdemocracia ha ido en decadencia firmando su finiquitación cuando en el dos mil cuatro firmo el  tratado de constitución europea.

Renunciaba, a la “soberanía” nacional en pro de los mercados y la banca mundial. Abría las puertas al libre mercado, al trasiego de capitales sin ningún control aduanero  por parte de las autoridades políticas, al mismo tiempo que aceptaba la deslocalización de las empresas para hacerlas mas rentables para sus propietarios.

Ha renunciado a hacer una reforma de la justicia, dejando la hegemonía a la derecha y los poderes facticos.  Así lo demuestra las actuaciones de la audiencia nacional y el tribunal supremo, en casos como el que imputa al juez Garzón por querer investigar los crímenes del franquismo, y tapando los cosos de corrupción de los cargos públicos del PP a lo largo y ancho del territorio del estado.

Ha traicionado el sentimiento, la confianza y honradez de aquellos que pusieron todas sus esperanzas en sus promesas, que  haciendo “algunas excepciones” traicionaron desde el primer momento. Porque la mayoría de los que apoyaban sus propuestas lo hacían con sinceridad y la confianza en que les dieran solución a sus problemas ya que nadie antes se había preocupado de sus males.

Otra de las causas de su deterioro sin lugar a dudas ha sido, la composición social y origen de los cuadros dirigentes y sus cargos públicos. Muchos de ellos salidos de la universidad, para ocupar un cargo sin ningún tipo de experiencia,  personas que valían exactamente igual para ocupar esos puestos en al partido de la derecha y el nacionalismo, aunque en estos últimos las oportunidades  son mínimas.

Sería interminable el citar con nombres y apellidos, los que diciéndose socialistas, tanto en su comportamiento como donde han ido  a parar, una vez terminado su “mandato” son los que han hecho que se haya perdido por parte de ese partido las raíces ideológicas que durante más de 100 años le dieron sentido de ser. Es vedad que son muchos los que en pueblos de la periferias mantienen la llama de las ideas, pero que su esfuerzo no será suficiente para amortiguar la debacle que les espera.

Dicho esto, no sería justo por mi parte, pasar por alto el comportamiento del  PP, estos no han tenido ningún complejo en aferrarse al pasado para ir avanzando en sus posiciones en defensa de los poderosos. Es muy difícil saber donde empieza el PP y donde terminan los poderes económicos dentro de esa organización.

Porque algunos datos del pasado reciente, y fue  gobernando el PP cuado más se ha privatizado las empresas estatales. Siendo difícil el deslindar quienes eran militantes de la derecha que lo eran por convenció ideología para contra restar a izquierda, y quienes estaban en el PP como agentes de los mercados, la banca y los que querían apoderarse de las empresas del estado.

Con este panorama, donde le PP tiene un sinfín de cargos públicos encausados por presuntos delitos de corrupción, y contando con unos poderes jurídicos de su parte, será muy difícil hacer que la justicia triunfe ya que la injusticia de la justicia que se esta impartiendo en lo que concierne a los políticos implicados si son de la derecha, no es la misma que con la izquierda, para esta,  tienen otra balanza de pesar sus actuaciones.

Dicho esto, y con el panorama a corto plazo,  debe de existir alguna especie de enfermedad que adormece los cerebros de los ciudadanos para hacer que las encuestas den por seguro que será el PP quien gane las próximas elecciones, más por los defectos de los gobernantes que por los meritos de la oposición.

Esta enfermedad, se extiende de forma incurable, que hace que la otra izquierda no recoja la parte que le corresponde de lo que pierde el partido del gobierno, ¿Pero esta haciendo esta izquierda una política de agitación y denuncia ha pie de calle para recoger esos descontentos? Esto hace que pasen el mayor número de  ciudadanos a engrosar las listas de la abstención, posición que no comparto, aunque respetaría más si votaran en blanco.

Antonio Montero Zarco
Valencia 14 de enero de 2011


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