La
libertad, la democracia, la participación, la opinión, la critica,
los reproches y el catastrofismo de todo lo que se hizo en los años
de la transición, son, según alguno pesadores y nuevos “profetas”
los culpables de todo lo que nos acontece en estos momentos.
En
primer lugar, había que haber estado allí y ademas estar implicado
en los movimientos y organizaciones políticas, que luchaban por
conseguir todo lo enumerado anteriormente. No dudo que algunos,
estuvieran y discreparan de como se sucedían los acontecimientos.
Pero otros miraban desde el balcón como pasaban las las cosas. Otros
de los detractores de aquellos cambios, eran muy pequeños y en otros
casos no habían nacido, y no tiene ninguna responsabilidad en lo
sucedido. De estos últimos, algunos están en el poder deshaciendo
lo “poco” bueno que se había conseguido
Ahora
estamos en otros tiempos, con problemas diferentes en sus formas pero
con los mismos móviles, ver quien opta al poder para controlar la
economía y manejar a la clase política. No son los mismos
actores, aunque algunos se repiten, ni la situación es la misma,
aunque tenga ramificaciones que nos hagan retroceder en el tiempo.
Ese
tiempo, nos lleva a preguntarnos por los motivos del porque con la
llegada de la democracia no se profundizó en la depuración política
para arrancar y andar por una senda diferente a la que hemos
recorrido hasta aquí. Se podía resumir de forma breve, que la
correlación de fuerzas no eran ni mucho menos las que se pensaban
que eran, y después, el regalo de votos que consiguieron, los
socialistas, (202
diputados) que no correspondían con el trabajo que habían hecho
para cambiar el régimen del dictador. Porque es complicado pretender
hacer en un par de folios un análisis sobre los errores cometidos
valga el ejemplo anterior para hacernos una composición de lugar, y
de como se recorrió el camino hasta nuestros días.
Para
esos detractores de la transición, con su derecho a la critica y los
reproches que hacen, primero decirles que muchos luchamos para que
ellos tuvieran la libertad que nosotros no tuvimos, libertad de
criticar y manifestar su descontento, animarles a continuar por el
camino de criticar y analizar los errores que se cometieron para no
caer en los mismos fallos.
Ahora
lo tienen mejor, tienen “libertad y medios” que antes no se
tenían, que no es poco. No es suficiente con la critica en ciertos
foros para denunciar aquellos fallos. Hace falta como entonces bajar
a la arena pisar el suelo, ir a las fabricas almorzar con los
obreros, hacer asambleas y estar en ellas en la universidad,
ensuciarse de yeso en las visitar a las obras para afiliar a gente a
los sindicatos y los partidos políticos, o si se prefiere, hacer que
los trabajadores se acerquen a los movimientos sociales. Ahí tienen
la oportunidad de empezar, o continuar con algo que se se inicio en
el principio de los tiempos.
Me
gustaría congelarme, para resurgir dentro de algunos años, para
poder tener la oportunidad, de dar las gracias por los cambios que se
hubieran conseguido, o compartir los “fracasos” porque no
pudieron corregir los errores que ahora critican.
Dicho
esto, más allá de la critica y los reproches que están en su
derecho de hacer quienes o hacen, algunos estamos todavía a través
de los tiempos luchando por un cambio de régimen y un mundo
diferente. Estoy convencido, que no es tarea fácil. Hoy se esta
fraguando un gran acuerdo nacional, para la lucha contra el paro
juvenil ya que éste rebasa más del 50 % de los que tienen el
derecho a trabar. ¿Pero que pasa con los mayores de 45 años? Este
tipo de pactos, dificulta la ruptura con el régimen por la
implicación de los dos grandes partidos, PP y PSOE. En ningún caso
pasa por mi imaginación el dejar abandonados a los jóvenes, ni
mucho menos a esos más de 6 millones de trabajadores en paro. Lo que
pienso es que este no es el camino que se tiene que recorrer aunque
todo grano de arena hace más grande el montón.
Los
críticos con las formas de la transición, van a tener la
oportunidad, de corregir los errores del pasado y configurar un
futuro mejor que el que ellos se encontraron. La tarea no es fácil,
no se puede renunciar en un futuro inmediato a un cambio de régimen.
Base fundamental para llevar a la practica las tareas y los cambios
que se requieren.
Se
tiene que hacer una profunda depuración política. Se tendrá que
llevar al banquillo, a todos los políticos que vendieron las
empresas públicas.
A
los que vendieron la Sanidad Pública, la enseñanza y los servicios
públicos. Se tiene que sentar en el banquillo a los banqueros y
Gobernadores del Banco de España, y a los ministros que
intercedieron para que algunos de ellos no dieran con sus huesos en
la cárcel, para que rindan cuentas de su gestión. Se tiene que
depurar el Consejo General del Poder Judicial para que se haga una
justicia justa. Se tiene que romper los acuerdos con la Sata Sede. Se
tiene que desvincular la religión de la enseñanza pública y
concertada. Y se tiene que nacionalizar la banca. Esta es la tare de
los que tienen que hacer la “segunda” Transición.
En
esa transición es necesario depositar en el pueblo el poder que los
administradores del capitalismo les, nos ha arrebatado. Si queremos
que la gente vuelva a confiar en las instituciones y sus
representantes, es necesario que todos los implicados, rindan cuentas
ante la sociedad de todas las maniobras financieras que nos han
llevado a la mala alimentación y la desnutrición más de 2
millones de niños en este país, y más un millón y medio de
hogares con todos su miembros en el paro.
He
aquí pues el reto que tienen los críticos con la transición. Tiene
la oportunidad de dirimir, los errores de sus antecesores para que la
historia, ponga a cada uno en su sito, para que se pueda comparar y
demostrar que otras formas de hacer el futuro son posibles. Y que
cada cual asuma su responsabilidad y aguante su vela.
Antonio
Montero Zarco Valencia 2 de junio de 2013
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