¿Es
verdad que estamos al borde del fin de la vida?
Hace unos
días, uno de los científicos más prestigiosos, Stephen Hopkins,
nos decía que en 100 años la vida tal como la conocemos hoy
desaparecía, y que se tenían que buscar en el espacio exterior
donde trasladar personas para preservar la especie humana. ¿Quien
soy yo para llevar la contraria a tan ilustre persona? Pero mi
osadía me lleva a la siguiente reflexión. Si el mundo lo dejamos,
que siga dominado por el capitalismo depredador que se esta
practicando, el Sñ Hopkins no es que tenga razón, sino que este
mundo no aguanta la mitad del tiempo que ha pronosticado.
En este,
nuestro país de la unidad "territorial" para unos, donde
más de tres millones de niños están malnutridos con riesgo de
enfermedades, con más de cinco millones de hogares en la pobreza, es
evidente que se cumplirán las previsiones anunciadas por el Sñ
Hopkins. Porque esos niños que tienen que ser el futuro, se habrán
quedado por el camino.
Algunos
pensamos que a veces la ciencia puede estar divorciada de la
realidad, de la vida aquí, en la tierra. Este divorcio no es
capaz de descubrir que los salvadores de la patria, lo que hacen con
sus practicas políticas, lo que consiguen, es agudizar el problema.
Hacer, de lo que queda de tiempo, un verdadero infierno para la
mayoría, mientras unos pocos, gozan de todos los privilegios que
hemos proporcionado con el edén conseguido con el esfuerzo de la
clase trabajadora.
En esta
España donde la corrupción acampa a sus anchas, donde los
delincuentes aforados, su numero es superior al de cualquiera país
de nuestro entorno, donde los bancos y los especuladores
financieros marquen las políticas económicas, el mundo está
condenado a la desaparición.
Por esta
razón, los que pensamos en otra España descentralizada, donde el
poder tiene que ser compartido, el régimen actual no tiene cabida.
Hace falta ese cambio, por la salud higiénica de la democracia, por
las libertades, por la recuperación de la participación en la vida
política de la sociabilidad, por todo ello, el cambio de régimen lo
tenemos que decidir entre todos y no puede ser otro, que un sistema
republicano democrático y federal. Un sistema republicano, donde las
políticas se hagan desde abajo, que los diputados o representantes
tengan que rendir cuentas ante los electores. Y cuando las políticas
salgan de las necesidades reales de los ciudadanos, estaremos
contradiciendo las teorías de este prestigioso científico. Porque
las necesidades de la calle no son las depredadoras que practica el
capitalismo salvaje.
Por ello,
tenemos la necesidad moral, de luchar por este nuevo sistema
político, que en un principio no será la panacea que de solución a
los problemas que el capitalismo nos ha creado. Demostrado queda,
que a lo largo de la historia, el capitalismo ha creado y crea más
problemas que ha resuelto. Es una falta de visión que el Sñ
Stephen Hopkins y otros científicos de su categoría, que no tengan
la intuición de como ver y denunciar las atrocidades de estas
practicas para evitar ese final que nos auguran.
Cuando
digo que tenemos la necesidad moral de luchar por un cambio de
sistema, soy consciente que la tareas no es fácil. El sistema
capitalista, nos ha enseñado la doctrina del individualismo, nos ha
enseñado a vivir en solitario, sin que nos importe lo que le ocurre
al vecino de nuestro lado. Pero esta practica del capitalismos, ha
hecho posible que sus ansias de dominación, hayan dado como
resultado los movimientos sociales, como el 15 M o la marcha por la
dignidad de 22 de Marzo.
Pero hace
falta más, esto, por si solo, no hará que cambie el sistema, hace
falta una herramienta que se pueda utilizar por la clase obrera para
este cambio. Porque está demostrado, que el esfuerzo individual sin
tener detrás una organización donde rendir cuentas y exigir
responsabilidades a sus dirigentes, es un esfuerzo estéril que no
llega a ningún sitio.
Por todo
ello, tenemos que organizar esos esfuerzos individuales
colectivamente, para que den los resultados deseados. Yo, estoy
convencido y sostengo, que el mundo puede cambiar, que sobran las
instituciones como el BM o el FMI, porque en definitiva, la misión
de estos organismos formados sin ningún respeto a las mínimas
formas democráticas, están para garantizar y velar por los
intereses del capitalismo y las carroñas especulativas a cambio de
sacrificar el bienestar de la inmensa mayoría de la humanidad. Yo
estoy convencido, que cuando el ilustre científico nos dice que la
vida en la tierra tiene los días contados, esta pensado en esta
basura que gobierna la vida en este planeta.
Por lo
tanto, si es verdad que el sentir de la calle, es que existe la
necesidad de un cambio de sistema político, es necesario, que
empecemos a implicarnos en aquellas organizaciones que más garantías
nos merezcan en sus comportamientos. Tendríamos que descartar a
todos los que están por modificar la Constitución para afianzar el
sistema actual. Todos los que pronostican estas reformas, son los
mismos, que han dejado la carta magna sin ningún contenido. La
solución, pasa por unas cortes constituyentes, que tengan el
compromiso, de una nueva constitución donde se recoja el sentir de
la soberanía popular. Si somos capaces de conseguir estos
requisitos, estaremos poniendo las bases para la permanencia en la
tierra y llevarle la contraria a Stephen Hopkins.
Antonio
Montero Zarco
19 de
abril de 2014