sábado, 19 de abril de 2014

EL FIN DEL PLANETA

¿Es verdad que estamos al borde del fin de la vida?

Hace unos días, uno de los científicos más prestigiosos, Stephen Hopkins, nos decía que en 100 años la vida tal como la conocemos hoy desaparecía, y que se tenían que buscar en el espacio exterior donde trasladar personas para preservar la especie humana. ¿Quien soy yo para llevar la contraria a tan ilustre persona? Pero mi osadía me lleva a la siguiente reflexión. Si el mundo lo dejamos, que siga dominado por el capitalismo depredador que se esta practicando, el Sñ Hopkins no es que tenga razón, sino que este mundo no aguanta la mitad del tiempo que ha pronosticado.

En este, nuestro país de la unidad "territorial" para unos, donde más de tres millones de niños están malnutridos con riesgo de enfermedades, con más de cinco millones de hogares en la pobreza, es evidente que se cumplirán las previsiones anunciadas por el Sñ Hopkins. Porque esos niños que tienen que ser el futuro, se habrán quedado por el camino.

Algunos pensamos que a veces la ciencia puede estar divorciada de la realidad, de la vida aquí, en la tierra. Este divorcio no es capaz de descubrir que los salvadores de la patria, lo que hacen con sus practicas políticas, lo que consiguen, es agudizar el problema. Hacer, de lo que queda de tiempo, un verdadero infierno para la mayoría, mientras unos pocos, gozan de todos los privilegios que hemos proporcionado con el edén conseguido con el esfuerzo de la clase trabajadora.

En esta España donde la corrupción acampa a sus anchas, donde los delincuentes aforados, su numero es superior al de cualquiera país de nuestro entorno, donde los bancos y los especuladores financieros marquen las políticas económicas, el mundo está condenado a la desaparición.

Por esta razón, los que pensamos en otra España descentralizada, donde el poder tiene que ser compartido, el régimen actual no tiene cabida. Hace falta ese cambio, por la salud higiénica de la democracia, por las libertades, por la recuperación de la participación en la vida política de la sociabilidad, por todo ello, el cambio de régimen lo tenemos que decidir entre todos y no puede ser otro, que un sistema republicano democrático y federal. Un sistema republicano, donde las políticas se hagan desde abajo, que los diputados o representantes tengan que rendir cuentas ante los electores. Y cuando las políticas salgan de las necesidades reales de los ciudadanos, estaremos contradiciendo las teorías de este prestigioso científico. Porque las necesidades de la calle no son las depredadoras que practica el capitalismo salvaje.

Por ello, tenemos la necesidad moral, de luchar por este nuevo sistema político, que en un principio no será la panacea que de solución a los problemas que el capitalismo nos ha creado. Demostrado queda, que a lo largo de la historia, el capitalismo ha creado y crea más problemas que ha resuelto. Es una falta de visión que el Sñ Stephen Hopkins y otros científicos de su categoría, que no tengan la intuición de como ver y denunciar las atrocidades de estas practicas para evitar ese final que nos auguran.

Cuando digo que tenemos la necesidad moral de luchar por un cambio de sistema, soy consciente que la tareas no es fácil. El sistema capitalista, nos ha enseñado la doctrina del individualismo, nos ha enseñado a vivir en solitario, sin que nos importe lo que le ocurre al vecino de nuestro lado. Pero esta practica del capitalismos, ha hecho posible que sus ansias de dominación, hayan dado como resultado los movimientos sociales, como el 15 M o la marcha por la dignidad de 22 de Marzo.

Pero hace falta más, esto, por si solo, no hará que cambie el sistema, hace falta una herramienta que se pueda utilizar por la clase obrera para este cambio. Porque está demostrado, que el esfuerzo individual sin tener detrás una organización donde rendir cuentas y exigir responsabilidades a sus dirigentes, es un esfuerzo estéril que no llega a ningún sitio.

Por todo ello, tenemos que organizar esos esfuerzos individuales colectivamente, para que den los resultados deseados. Yo, estoy convencido y sostengo, que el mundo puede cambiar, que sobran las instituciones como el BM o el FMI, porque en definitiva, la misión de estos organismos formados sin ningún respeto a las mínimas formas democráticas, están para garantizar y velar por los intereses del capitalismo y las carroñas especulativas a cambio de sacrificar el bienestar de la inmensa mayoría de la humanidad. Yo estoy convencido, que cuando el ilustre científico nos dice que la vida en la tierra tiene los días contados, esta pensado en esta basura que gobierna la vida en este planeta.

Por lo tanto, si es verdad que el sentir de la calle, es que existe la necesidad de un cambio de sistema político, es necesario, que empecemos a implicarnos en aquellas organizaciones que más garantías nos merezcan en sus comportamientos. Tendríamos que descartar a todos los que están por modificar la Constitución para afianzar el sistema actual. Todos los que pronostican estas reformas, son los mismos, que han dejado la carta magna sin ningún contenido. La solución, pasa por unas cortes constituyentes, que tengan el compromiso, de una nueva constitución donde se recoja el sentir de la soberanía popular. Si somos capaces de conseguir estos requisitos, estaremos poniendo las bases para la permanencia en la tierra y llevarle la contraria a Stephen Hopkins.
Antonio Montero Zarco

19 de abril de 2014

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