Es
evidente, que el tiempo impone la reforma de la constitución. Esta
reforma no puede ni debe ser cosa de dos. Es decir no se puede
permitir, que a una constitución ya obsoleta por los los asesinatos
que han cometido sobre ella, tenga vigencia para la nueva era que se
avecina.
Estamos
asistiendo ha dos corrientes de opinión sobre este tema, pero
camuflado sobre la cuestión nacional de Cataluya. Por una parte,
están los que han confeccionado un manifiesto con tres montones de
firmas según ellos, con el nombre de Libres e Iguales, todos
pertenecientes a la derecha, donde se destaca la división del
estado como eje central del manifiesto.
Por
la otra parte, tenemos el otro manifiesto, Por un Estado Español
Federal. Este, esta firmado por gente de izquierdas, arrimados unos
al partido socialista y otros sin adscripción política. No se
recoge, la necesidad de una nueva constitución ni la desaparición
del Senado, de éste organismo lo que pretenden es que sea un cámara
de representación territorial, con capacidad de decisión.
(discutible)
Es
verdad que estos promotores, coinciden en la necesidad de que el
debate sea lo más amplio posible, haciendo por implicar a todos los
ciudadanos. Yo personalmente, puedo estar de acuerdo con un estado
federal. Que las diferentes federaciones tuvieran una financiación
adecuada, de las necesidades a cubrir. Desde mi opinión, cualquier
modificación, va más allá de una reforma de la constitución,
implica una nueva redacción, y sacar el debate de si se quiere
monarquía y república.
Yo
sostengo, que el maremoto, de los resultados de las elecciones del 25
de mayo, ha puesto patas arriba el organigrama que se había
confecciona tras la carta magna del 78 con la alternancia en el poder
del bipartidismo, que ha hecho que todo el mundo se ponga nervioso,
como si se tratara de afianzar su estatus, sin que nadie más tenga
derecho a la repartición del pastel que supone estar en el gobierno.
Si
lo que ocurrió en el 77 fue el cambio de régimen del dictador, al
no poderse llevar acabo la ruptura con la dictadura que los
comunistas pretendían. Ahora se abre el camino para hacer la
verdadera transición con la ruptura del régimen del 77.
La
necesidad de esa ruptura, la exigen los resultados antes mencionados,
y los movimientos sociales que claman ese cambio. ¿Porque se tiene
que hacer la ruptura con este régimen del 77? Son muchas las
cuestiones que se tienen pendiente en estos años de democracia. Para
empezar por algo que nos ataña a todos, es como tenemos unos
tribunales, que las causas pendientes de corrupción se prolongan
tanto, que muchos casos prescriben. Se tiene que depurar todos los
casos de corrupción por mucho tiempo que haya pasado desde que se
cometieron los delitos.
Si
lo que se pretende es crear unas nuevas formas de juego, estas no
pueden dejar inmunes estos delitos, no ya por su cuantía de dinero
que también, sino por higiene democrática y transparencia en la
vida pública.
Hay
que revisar las ventas de las empresas estratégicas, que un día
fueron patrimonio del Estado. Revisar porque se privatizo la banca
pública y últimamente las cajas de ahorros.
Revisar los acuerdos
por los cuales ex presidentes, ex ministros y otros ex altos cargos
llegan a los conejos de administración de estas empresas.
Se
tiene que que revisar, de donde y como el que fuera Rey de España
durante 34 años, ha acumulado un a fortuna de 2.000 millones de
euros y después de su abdicación el nuevo Rey le mantiene el
jornal, así como la designación de un salario de 102.464 euros,
para una niña de 8 años por ser hija del monarca actual.
Y
por supuesto, alguien tiene que dar explicaciones como después de
tantos años de democracia se a permitido que la sanidad y la
enseñanza se este vendiendo a pedazos para lucro personal de unos
pocos, siempre coincidiendo con gentes arrimados a los poderes del
partido de gobierno.
Dicho
esto, esta reforma que están preconizado algunos por el problema
catalán, por que, los que han defendido el nacionalismo, el tiempo
ha demostrado, que lo que defendían no era la honradez que vendían,
lo vendían también era publico a los interese particulares de un
sector de los nacionalista. Estas cuestiones no se resuelve con
parches, se tiene que solucionar con una nueva carta magna, que se
tendrá que hacer por un amplio consenso donde nadie se que de fuera
de su elaboración.
Dicho
esto, me quiero dirigir a todos los detractores del proceso de la
transición. Tenemos por delante una reforma, yo la llamo ruptura,
que no es ni moco de pavo ni pelos de gorrino. Esta reforma de un
estado federal, requiere, que todas las fuerzas de los 15 “emes”
de los 25 “eses” los que reclaman la democracia Real ya, los
partidos emergentes que se denominan de izquierdas, los que reclaman
en las plazas la nueva constitución, se tendrán que arremangar los
pantalones, para bregar con esa tarea. Y después que se culmine el
proceso, yo estaré allí, para recordarles los fallos o lagunas que
no se ha podido conseguir tapar para que den las explicaciones que
convenzan a los que no estén satisfechos con lo conseguido si es que
conseguimos las aspiraciones que tenemos. Porque una cosa se tiene
que tener clara, la partida no la jugamos solos.
Porque
no es lo mismo predicar que dar trigo. Y aprovecho lo del
predicamento, por que una de las cosas que tiene que recoger esa
nueva constitución, es la ruptura con los acuerdos con la santa
sede. España no puede ser un estado democrático sin ser a confesional. Respetando que todos los ciudadanos puedan ejercer el
derecho al culto en la misma condición que otras religiones.
Lo
mismo tendremos que ver, que se hace con el armamento que fabricamos,
a quien se lo vendemos, y si tenemos que continuar con esta industria
que esta concebida para la destrucción y la muerte de personas
inocentes, como hemos podido ver en las guerras de rapiña de los
últimos años.
Por
lo tanto, no solo tenemos que hablar de economía, de los privilegios
de los políticos, sino de como regenerar este tipo de industrias,
especializadas en matar con ejércitos de mercenarios dispuestos a
ejecutar las ordenes del capitalismo.
Antonio
Montero Zarco
3
de agosto de 2014
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