Con las nuevas formas de
hacer política a veces los resultados no son los que queremos. Es verdad que el
dar participación a las bases es muy importante pero ¿Están las bases
preparadas para responder a esa decisión? El que piense que yo no quiero dar
participación a la militancia se equivoca
de todas, todas.
Esa consulta que se hizo a las bases, desde mi
opinión,, fue fallida independientemente que saliera por mayoría. Si nos
basamos en el número de inscritos en los partidos, en Podemos lo respaldaron un
35% y en IU no llego el 20%. Esta participación es muy baja si tenemos en
cuenta el número de inscritos y que para votar solo hacía falta, pulsar una tecla del ordenador
o del teléfono, ventajas de las nuevas tecnologías, y también en los lugares
preparados para ello.
¿Esto ha podido influir en
la perdida de ese 1,2 millones de votos? Si así fuera merece una profunda
reflexión, porque posiblemente ni son todos
los que dicen ser ni son todos los que
están. Con lo cual, hace falta ver esta situación ya que ser así, o no se ha
entendido el acuerdo de unidad o hay mucho de falsedad, en las dos
organizaciones.
Otra de las causas que
tendríamos que ver, son los cambios de rumbo en las manifestaciones públicas de
Pablo Iglesias. Se ha pasado de la transversalidad, ni de izquierdas ni de
derechas. A que Marx era socialdemócrata, las lágrimas emotivas del abrazo con
Julio Anguita, a reconocer que Rodríguez Zapatero ha sido una de los mejores
presidentes que ha tenido la democracia, que ha consultados algunos aspectos
con él sobre política Exterior, son cuestiones, que han podido confundir a un
sector del electorados dándose esa abstención en el electorado de la izquierda.
No son ajenos algunos
dirigentes de IU, por un lado, la corriente de Gaspar Llamazares, con su
rechazo al acuerdo, por otro las palabras de Cayo Lara, cuando decía que votaba
“tapándose la nariz” pero que su voto era para su candidato Alberto Garzón
A Cayo Lara, no le para bien esa posición,
Cayo ha sido uno de los hombres más honestos de los que he conocido, tal vez
por pertenecer a la misma clase que yo
lo veo con buenos ojos, Cayo ha sido generoso a la hora de transferir la coordinación
general de IU a Garzón. Pero esas palabras de taparse la nariz, no han ayudado
a crear el clima favorable a los acuerdos de UP.
Mientras todo esto ha
ocurrido, nos encontramos con una derecha más crecida, dispuesta a llevar
adelante la política de recortes que le dictan desde Bruselas, ya anuncia que
recortara, para hacer frente a los 8 mil millones que tenemos que pagar a
Europa.
No sé si los dirigentes de
la izquierda, están preparados para asumir esta “opinión” porque tiene que ser
desde la sinceridad, el reconocer que aunque lo que se hizo fue con buena
intención, los resultados no fueron los que se esperaban por habernos
equivocado en la estrategia.
Digo lo de preparados,
porque todos cuando ocupamos un puesto por encima de los demás, nos creemos en
que tenemos la razón. Esto no es verdad, porque si el de arriba se baja del
pedestal y lo ocupa otro dirigente, y dice lo contrario que el primero, resulta
que el que tiene la razón es éste, porque uno de los defectos que tenemos, es
que las palabras tiene un valor según quien las dice, no lo que se dice,
desgraciadamente esto es así.
Por lo tanto, tenemos que
pensar, hasta qué punto ha sido buena la unión de estas dos izquierdas. Considero que ha sido un acierto, el tema es
como hacerlo visible, ante la ciudadanía, y que se adopten las medidas
necesarias, para que las dos organizaciones sean visibles ante el electorado,
teniendo en cuenta la unidad de acción
en el parlamento para hacer un frete común a las políticas de Mariano Rajoy y
el PP.
Antonio
Montero Zarco
3 de
julio de 2016
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