lunes, 18 de julio de 2016

1.200.000 VOTOS SON MUCHOS VOTOS PERDIDOS (2)


Con las nuevas formas de hacer política a veces los resultados no son los que queremos. Es verdad que el dar participación a las bases es muy importante pero ¿Están las bases preparadas para responder a esa decisión? El que piense que yo no quiero dar participación a la militancia se equivoca  de todas, todas.
 Esa consulta que se hizo a las bases, desde mi opinión,, fue fallida independientemente que saliera por mayoría. Si nos basamos en el número de inscritos en los partidos, en Podemos lo respaldaron un 35% y en IU no llego el 20%. Esta participación es muy baja si tenemos en cuenta el número de inscritos y que para votar solo   hacía falta, pulsar una tecla del ordenador o del teléfono, ventajas de las nuevas tecnologías, y también en los lugares preparados para ello.

¿Esto ha podido influir en la perdida de ese 1,2 millones de votos? Si así fuera merece una profunda reflexión, porque posiblemente  ni son todos los que dicen ser  ni son todos los que están. Con lo cual, hace falta ver esta situación ya que ser así, o no se ha entendido el acuerdo de unidad o hay mucho de falsedad, en las dos organizaciones.

Otra de las causas que tendríamos que ver, son los cambios de rumbo en las manifestaciones públicas de Pablo Iglesias. Se ha pasado de la transversalidad, ni de izquierdas ni de derechas. A que Marx era socialdemócrata, las lágrimas emotivas del abrazo con Julio Anguita, a reconocer que Rodríguez Zapatero ha sido una de los mejores presidentes que ha tenido la democracia, que ha consultados algunos aspectos con él sobre política Exterior, son cuestiones, que han podido confundir a un sector del electorados dándose esa abstención en el electorado de la izquierda.

No son ajenos algunos dirigentes de IU, por un lado, la corriente de Gaspar Llamazares, con su rechazo al acuerdo, por otro las palabras de Cayo Lara, cuando decía que votaba “tapándose la nariz” pero que su voto era para su candidato Alberto Garzón
A   Cayo Lara, no le para bien esa posición, Cayo ha sido uno de los hombres más honestos de los que he conocido, tal vez por pertenecer  a la misma clase que yo lo veo con buenos ojos, Cayo ha sido generoso a la hora de transferir la coordinación general de IU a Garzón. Pero esas palabras de taparse la nariz, no han ayudado a crear el clima favorable a los acuerdos de UP.

Mientras todo esto ha ocurrido, nos encontramos con una derecha más crecida, dispuesta a llevar adelante la política de recortes que le dictan desde Bruselas, ya anuncia que recortara, para hacer frente a los 8 mil millones que tenemos que pagar a Europa. 
No sé si los dirigentes de la izquierda, están preparados para asumir esta “opinión” porque tiene que ser desde la sinceridad, el reconocer que aunque lo que se hizo fue con buena intención, los resultados no fueron los que se esperaban por habernos equivocado en la estrategia.

Digo lo de preparados, porque todos cuando ocupamos un puesto por encima de los demás, nos creemos en que tenemos la razón. Esto no es verdad, porque si el de arriba se baja del pedestal y lo ocupa otro dirigente, y dice lo contrario que el primero, resulta que el que tiene la razón es éste, porque uno de los defectos que tenemos, es que las palabras tiene un valor según quien las dice, no lo que se dice, desgraciadamente esto es así.

Por lo tanto, tenemos que pensar, hasta qué punto ha sido buena la unión de estas  dos izquierdas.  Considero que ha sido un acierto, el tema es como hacerlo visible, ante la ciudadanía, y que se adopten las medidas necesarias, para que las dos organizaciones sean visibles ante el electorado, teniendo en cuenta la unidad  de acción en el parlamento para hacer un frete común a las políticas de Mariano Rajoy y el PP.

Antonio Montero Zarco

3 de julio de 2016

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