Estamos viviendo en un mundo
donde la mentira la falta de dignidad y la ética política es la norma de
convivencia para una gran parte de la gente que dirigen nuestras vidas. Esta
opinión, es para intentar de convencerme si voy por el camino adecuado. Porque
desde mi opinión, que es un reflejo de la sociedad lo que nos está ocurriendo,
es una enfermedad de falta de conocimiento del comportamiento de los políticos.
¿Cómo es posible que después
de haber trascurrido 40 años de democracia nos condicionen con el miedo? La
falta de convencimiento de que lo que nos están haciendo es una injusticia, la
están ganando ellos, esa falta de convencimiento, es lo que hace fuertes a los
representantes del capitalismo y lo utilizan para infundir miedo.
Por ello trato diariamente
de convencerme, que para la salida de esta situación, hace falta cambiar el
comportamiento de todos aquellos que toda vía dan su apoyo a partidos con un
gran abanico de imputados en unos casos, y embusteros convulsivos en otros.
La derecha, ha estado
negando el pan y la sal continuamente a los partidos nacionalistas por sus
posiciones sobre la autodeterminación. No se ha sentado ni una sola vez para
cambiar impresiones sobre los problemas y las diferencias que les separan. Es más cuando estos han convocado un
referéndum para consultar sobre la soberanía de esa nacionalidad, el gobierno
ha movilizado la maquinaria de la justicia para parar ese proceso y querer condenar
a unos dirigentes por esos hechos.
Estaban según los políticos
del PP y sus voceros, dando paso para la destrucción de la soberanía nacional.
Los otros políticos emergentes de la otra derecha, la que representa
Ciudadanos, animaban al PP para estrechar el cerco sobre los nacionalistas por querer destruir la
patria dominante sobre la periferia.
El tiempo siempre ha sido un
antídoto para curar todos los males y poner a cada uno en su sitio. Con los
resultados de las últimas elecciones el arco parlamentario ha quedado tan
fraccionado, que como ocurriera el 20 D se hacía y se hace complicada la
formación de un gobierno estable.
Pero la baja calidad
política de los dirigentes, hicieron imposible la formación de un gobierno de
progreso, porque el recibir los apoyos de los nacionalistas por las fuerzas de
la izquierda, era un “pecado mortal” ya en la composición de la mesa del
congreso fueron tan burros o actuaron de tan mala fe, qué siendo mayoría los discrepantes
con el PP le dejaron la mayoría aunque para consuelo de tontos tuvieran la
presidencia de la mesa.
No hablemos ya del acuerdo
del PSOE con Ciudadanos para ese gobierno que representaba los interese de la
derecha económica. Pero no es la primera
vez que los “compañeros” socialistas se ponen al lado de la burguesía y dejan
de lado sus “principios” si es que no los han perdido para siempre.
Estamos viendo en estos
momentos, las dificultades que tiene la derecha para formar gobierno. Sin
embargo la formación de la presidencia de la cámara baja, ya se ha formado, con
el apoyo implícito de los nacionalistas, los mismos que terminaran en el
banquillo de los acusados por el referéndum catalán. Peor no importa, tanto la
derecha catalana como la del resto del estado, antepone los intereses del
capital a lo que sería la ética política, es decir vemos como el tiempo une lo
que los ciudadanos ha desunido en las urnas.
Esta basura de políticos, es
indudable que desconocen lo que piensa la gente de la calle. Según los comentarios de los de a pies todos van por el dinero, y sino ahí tenéis los que
cobran 1.800 euros por una viviendo, cuando viven en Madrid, y no hablemos ya
de los enchufados en los consejos de administración de las grandes empresas,
son unos mierdas, que no les importa los problemas de los ciudadanos. Son unos
embusteros, indignos de ocupar esos cargos,
carecen de los mínimos escrúpulos de dignidad, así son los comentarios
de nuestros compatriotas.
Por ello es por lo que me
preocupa la falta de convencimiento de nuestras gentes, para tomar posiciones
claras sobre la clase política que nos toca soportar.
Por ello trato de
convencerme cada día de si vale la pena continuar luchando por una causa que va
más allá de nuestras fronteras, que no es otra que la lacra del capitalismos.
Porque tenemos una lucha contra la clase política pero nos olvidamos de la
lucha contra las grandes empresas que son las que condicionan a los políticos
para defender sus beneficios.
Por todo ello, pienso
que es mejor vivir convenciéndome cada
día de luchar como se pueda para cambiar esta sociedad que quedarse en casa despejando las dudas y sentarse a verlas pasar.
Antonio
Montero Zarco
26 de julio de 2016
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