El 23 de octubre de 2016 se
empezaba a escribir los nuevos episodios de la historia de España.
Se había consumado el
genocidio del partido socialista. El asesinato no era casual se venía fraguando
desde mucho tiempo atrás. Habían conseguido minimizar la influencia y nuevo
ascenso de IU, casi era testimonial, pero al tiempo las políticas de recortes
libertades iniciadas por el partido socialista y fortalecidas en su ejecución
por el PP, hicieron surgir de las calles un nuevo movimiento que terminaría
siendo el embrión de una nueva formación política, Podemos.
Las elecciones europeas de
2014 marcaron el inicio de la estrategia
política del régimen. Ante los resultados obtenidos por las fuerzas
emergentes el 22 de mayo y el auge que tomaban los dirigentes del partido
morado, en menos de un mes prepararon el golpe para la continuidad del régimen
con la abdicación del Rey en la persona de su hijo como sucesor, cumpliendo con
ello su primer objetivo la monarquía estaba asegurada.
Con estas elecciones europeas y las de noviembre de 2015 el bipartidismo estaba
destrozado se había terminado el régimen del sistema.
Quedaba una baza por hacer,
maniobrar para salvar el bipartidismo y la continuidad del régimen, inventar un
acuerdo con la derecha emergente que era infumable por parte de la izquierda del círculo morado. Todo ello
provoca que los ciudadanos tengamos que repetir la votación en junio de 2016
con el resultado de todos conocidos pero con unos números que la gran coalición
que ya se apuntaba después de las
primeras elecciones estuvieron maniobrando para llevar a cabo sin traumas excesivos.
Ante la incapacidad de la derecha
de formar gobierno y ante la intentona del dirigente socialista de un gobierno
alternativo, es cuando se produce el magnicidio político del dirigente del PS
para consumar la gran coalición que toda la derecha ha venido defendiendo desde
el principio ayudada por el máximo dirigente de las empresas de las puertas
giratorias.
El golpe de mano contra el SG del PS y contra su militancia de base
ha estado preparado por los que siempre fueron elementos al servicio del
capitalismo.
Ante esta situación, si
apoyan los presupuestos generales del
estado la gran coalición empezara su andadura. Harán alguna pequeña concesión
para apaciguar los ánimos de los ciudadanos, y aquí paz y a robar lo que se
pueda. Si por el contrario el partido de la corrupción no saca los presupuestos
se pueden dar por hecho que en breve se tendrán que repetir las elecciones.
Ante esta situación los
socialistas lo tienen muy oscuro. Los golpistas del CF no podrán dirigirse a
los ciudadanos como gentes de izquierdas por mucho que quieran vestir el muñeco para disfrazar su
traición a sus bases y sus los votantes. Si son otros los encargados de ese
proceso y aun contando con el regreso de Pedro Sánchez líder defenestrado no
tendrán credibilidad si antes no han
depurado y expulsado a los golpistas de este partido.
Si antes de estos hechos los
políticos carecían del respeto de la sociedad, por considerarlos uno de los
problemas más graves después del paro, con estos antecedentes deberán ser repudiados hasta su olvido total.
Será pues muy complicado recomponer ese
partido de más de 139 años de historia, ya se ha visto como
una mayoría los fariseos del CF, han vendido su estómago a la derecha, falta
saber cuántos de los 85 diputados hacen de mamporreros de la derecha.
Toda esta
gente no puede formar parte de ningún proyecto que tenga un mínimo de
izquierdas. Entre medias de este maremágnum esta una sociedad desamparada que
no tendrá otra salida que salir a la calle, a defenderse de los recortes de 5.500 millones que ya
anuncian desde Bruselas y que Rajoy está
dispuesto a cumplir. ¿De parte de quien estarán los socialistas ante esta
situación??
Antonio
Montero Zarco
23
de octubre de 2016