martes, 18 de octubre de 2016

CLANDESTINOS Y LEGALES
Ya lo he manifestado muchas veces, se tendrá que repetir cientos, miles de veces, lo que está en juego es una batalla ideológica que empezó hace ya 173 años o tal vez antes.

Los tiempos nos llevaron a vivir una dictadura que está llegando en cierta forma hasta nuestros días. Hubo en nuestro país dos generaciones, la primera vivió dos dictaduras, la de Primo de Rivera y la del dictador Franco, consecuencia de un golpe de estado contra la republica legalmente establecida.

Los clandestinos, unos se jugaron la vida y la perdieron por conseguir las libertades arrebatadas, otros nos jugamos la libertad y la perdimos, ganamos las torturas la cárcel y la represión durante 40 años.

Estos hombres y mujeres fueron generosos como nunca se había visto. Su lucha era poder dejar un mundo mejor para los que venían detrás, habían conseguido crear un ambiente que en las postrimerías del franquismo lo que querían participar en la lucha iban al partido, (PCE) era la única herramienta que tenían los trabajadores y muchos intelectuales.

Por esos días del final del franquismo, cuando el imperialismo se dio cuenta que lo que estaba sucediendo en España era una ruptura democrática y terminar con el régimen, los poderes de la CIA hicieron un congreso en octubre del 1974 en Suresnes, Francia para preparar el camino de la legalización del PSOE pero dejando fuera a los socialistas clandestinos por defender posiciones de izquierdas y entregar el partido a los legales.

Sabían que franco estaba ya muy enfermo y no podían dejar en manos de los comunista la ruptura con el régimen ya que eran los que capitaneaban la Junta Democrática, fruto de los acuerdos con las fuerzas disidentes con el régimen y los sindicatos clandestinos. Del 74 a la muerte del dictador pasaría un año en esos días que se habla de final del dictador, vinieron a los partidos los legales, ya no había temor a ser detenido porque el tiempo corría en su favor.
Vinieron a tomar posiciones para estar en puestos de salida, entre estos visionarios también estaban los que llegaban al partido comunista, los clandestinos no tenían problemas, para la mayoría era más importante la instauración de la democracia que los cargos en las instituciones. Hasta tal punto llegaron, que en el caso del PSOE que tras las elecciones del 82 cuando consiguen 202 diputados los que habían protagonizado el golpe de mano en Suresnes contra los socialistas clandestinos,  no tenían ni la menor idea de  quienes eran la mayoría de diputados ni de dónde venían.

En dos palabras con ese triunfo del PSOE se empezó la batalla ideológica de la izquierda. Caímos en la trampa, y hoy se están pagando las consecuencias de los errores cometidos. A la batalla que la derecha nos bien dando desde los inicios del franquismo, se une el golpe de dirección del PSOE cargándose a un Secretario General, elegido democráticamente por los afiliados, un golpe protagonizados por los legales y los mismos que 42 años atrás lo dieron en aquel pueblo francés al sur de Paris. Es decir la batalla es ideológica, ante el experimento que sabían de antemano que no podía salir con los socios de la marca blanca de la derecha, provocaron nuevas elecciones y poder justificar la gran coalición que el cerebro de la operación  Felipe González había diseñado.

A si las cosas todo apunta a que se le entregara el gobierno a la derecha, salvo un milagro y yo no creo en ellos, esa banda de legales que llegaron a la política para hacer de ella su forma de vida, tiran por tierra todo el trabajo de los clandestinos porque lo importante para ellos son las puertas giratorias, los cargos en grandes compañías y si esto fuera poco puede haber sobres como con el Tamayazo y así arreglar los  bolsillos de los traidores.

Por lo tanto, la izquierda que queda después de la destroza del PSOE tiene que dejarse de zarandajas definirse ideológicamente y ponerse en la faena de consolidar un izquierda que dé respuesta a los problemas de la mayoría de esta país. Desde aquí hago un llamamiento para que los jóvenes  delfines de la política, se pongan en la faena y no den carnaza a la prensa  que por definición desinforma y es responsable de todo los que está sucediendo, no en balde son los medios de la derecha política y económica.
Antonio Montero zarco
18 de octubre de 2016
Por la III república.




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