CLANDESTINOS
Y LEGALES
Ya lo he manifestado muchas
veces, se tendrá que repetir cientos, miles de veces, lo que está en juego es
una batalla ideológica que empezó hace ya 173 años o tal vez antes.
Los tiempos nos llevaron a
vivir una dictadura que está llegando en cierta forma hasta nuestros días. Hubo
en nuestro país dos generaciones, la primera vivió dos dictaduras, la de Primo
de Rivera y la del dictador Franco, consecuencia de un golpe de estado contra
la republica legalmente establecida.
Los clandestinos, unos se
jugaron la vida y la perdieron por conseguir las libertades arrebatadas, otros
nos jugamos la libertad y la perdimos, ganamos las torturas la cárcel y la
represión durante 40 años.
Estos hombres y mujeres
fueron generosos como nunca se había visto. Su lucha era poder dejar un mundo
mejor para los que venían detrás, habían conseguido crear un ambiente que en
las postrimerías del franquismo lo que querían participar en la lucha iban al
partido, (PCE) era la única herramienta que tenían los trabajadores y muchos
intelectuales.
Por esos días del final del franquismo,
cuando el imperialismo se dio cuenta que lo que estaba sucediendo en España era
una ruptura democrática y terminar con el régimen, los poderes de la CIA
hicieron un congreso en octubre del 1974 en Suresnes, Francia para preparar el
camino de la legalización del PSOE pero dejando fuera a los socialistas
clandestinos por defender posiciones de izquierdas y entregar el partido a los
legales.
Sabían que franco estaba ya
muy enfermo y no podían dejar en manos de los comunista la ruptura con el
régimen ya que eran los que capitaneaban la Junta Democrática, fruto de los
acuerdos con las fuerzas disidentes con el régimen y los sindicatos clandestinos.
Del 74 a la muerte del dictador pasaría un año en esos días que se habla de
final del dictador, vinieron a los partidos los legales, ya no había temor a
ser detenido porque el tiempo corría en su favor.
Vinieron a tomar posiciones
para estar en puestos de salida, entre estos visionarios también estaban los
que llegaban al partido comunista, los clandestinos no tenían problemas, para
la mayoría era más importante la instauración de la democracia que los cargos
en las instituciones. Hasta tal punto llegaron, que en el caso del PSOE que
tras las elecciones del 82 cuando consiguen 202 diputados los que habían
protagonizado el golpe de mano en Suresnes contra los socialistas
clandestinos, no tenían ni la menor idea
de quienes eran la mayoría de diputados
ni de dónde venían.
En dos palabras con ese triunfo
del PSOE se empezó la batalla ideológica de la izquierda. Caímos en la trampa,
y hoy se están pagando las consecuencias de los errores cometidos. A la batalla
que la derecha nos bien dando desde los inicios del franquismo, se une el golpe
de dirección del PSOE cargándose a un Secretario General, elegido
democráticamente por los afiliados, un golpe protagonizados por los legales y
los mismos que 42 años atrás lo dieron en aquel pueblo francés al sur de Paris.
Es decir la batalla es ideológica, ante el experimento que sabían de antemano
que no podía salir con los socios de la marca blanca de la derecha, provocaron
nuevas elecciones y poder justificar la gran coalición que el cerebro de la
operación Felipe González había diseñado.
A si las cosas todo apunta a
que se le entregara el gobierno a la derecha, salvo un milagro y yo no creo en
ellos, esa banda de legales que llegaron a la política para hacer de ella su
forma de vida, tiran por tierra todo el trabajo de los clandestinos porque lo
importante para ellos son las puertas giratorias, los cargos en grandes
compañías y si esto fuera poco puede haber sobres como con el Tamayazo y así
arreglar los bolsillos de los traidores.
Por lo tanto, la izquierda
que queda después de la destroza del PSOE tiene que dejarse de zarandajas
definirse ideológicamente y ponerse en la faena de consolidar un izquierda que dé
respuesta a los problemas de la mayoría de esta país. Desde aquí hago un
llamamiento para que los jóvenes delfines
de la política, se pongan en la faena y no den carnaza a la prensa que por definición desinforma y es
responsable de todo los que está sucediendo, no en balde son los medios de la
derecha política y económica.
Antonio Montero zarco
18 de octubre de 2016
Por la III república.
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