Estaba sentado en una en una
silla de niño que levantaría unos 20 centímetros del suelo. Descansado la cabeza en la manos sobre las
rodillas en forma fetal. No se podía saber que le pasaba porque esta total
mente inmóvil. No se veía ver su rostro.
Estaba llorando de pena porque no era capaz de
convencer a nadie de que vieran cómo funcionaba el mundo dominado por los
ladrones de guante blanco con todos los derechos para robar. Daba la sensación
de vivir en un mundo de pillos que justificaban el saqueo de dinero público y
el que no lo hacía es porque no se les daba la oportunidad de poder robar.
Él pensaba que estaba solo y
hablaba en voz alta como para escuchar como si fuera otro el que hablaba y
convencerse de que eran justos sus pensamientos. Entendía a los “pillos”
Quevedianos, ya que por aquellos días las hambres se lo quitaban a hostias.
Pero no entendía que en el siglo XXI que en un día se producía más que en unos
años de los siglos de oro la gente justificara el saqueo con su voto, mientras
más de dos millones de niños estaban mal
alimentados, cuando se destrozaban miles de toneladas de comida para mantener los precios de los
productos básicos de consumo.
Su voz interna le decía que
las gentes no justificaban el saqueo. Pero si era así ¿por qué no pedían
cuentas en la calle ante aquellos robos generalizados a lo largo y ancho del
país?
Esta pregunta le hizo
retroceder en el tiempo. Su mente le llevo aquel día que en el bar deportes se
iba a conectar por primera vez la tv en blanco y negro para ver la película
“las cuatro plumas” era una historia de cuatro amigos militares en la
colonización de la India por parte de los Ingleses. Unos, los más atrevidos mantenían
lo que significaba la colonización, otros lo
que veían era el valor y as intrigas de los cuatro amigos y eran las
peripecias de los “chicos de la película. Se discutía una y otra posición sin
mayores consecuencias, pero se discutía.
Se comparaba con las
colonias españolas, y como los cubanos se había librados del vasallaje de los
españoles para caer en las garras del imperio de los EEU y como unos barbudos
habían conseguido con la revolución expulsar a los Yanquis y al dictador Batiste,
instaurando un régimen socialista.
Estas tertulias empezaron su
decadencia cuando los distribuidores de aparatos de tv los vendían a plazos.
Con estas prácticas se fueron instalando televisores por muchas casas de
trabajadores, en pueblos y barrios de las grandes ciudades. Empezó la desconexión
de las gentes y las tertulias de la revolución cubana, el asesinato de Julián
Grimao dirigente del PCE y el asesinato de John F. Kennedy,
Hundido en sus pensamientos
sentado en la silla que solo levantaba 20 ctm del suelo, al lado del fuego,
veía que donde antes las tertulias eran de acontecimientos como los que
señalados más arriba ahora se habla de futbol ya que la dictadura supo utilizar
el “opio” de este deporte para dominar las mentes de los españoles, tenerles
ocupados con las rivalidades de los equipos y que las aficiones no pensaran en
otras cosas.
Allí sentado llorando sin
que le callera una lagrima. Pensaba que unos pocos se oponían al régimen y
estos inventos porque manipulaban a la gente, es decir la tV en esos tiempos era
una prolongación de documental que por cojones pasaban en todos los cines
iniciando la sesión con el noticiario el “NODO”
Él no estaba en contra de la
tv, lo que no tragaba era la manipulación que de ella se hacía sin que la gente
en general se diera cuenta de esa manipulación rematando la faena manipuladora
con la prensa del movimiento.
Levanto la cabeza que la tenía
descansando sobres sus manos apoyada en las rodillas, porque sonó un teléfono
móvil que había en una mesita al alcance
de la mano. Y cuando adoptó una posición de “cuatro” con la cabeza alta,
sentado en aquella silla de 20 centímetros, por los pitidos del teléfono con un
semblante serio intento coger el terminal paro no le dio tiempo y cuando lo tenía
en la mano dejo de sonar.
No era viejo ni tampoco
joven, todo lo que estaba pensando es que casi siendo un adolescente ya estaba
implicado en una lucha casi personal contra la dictadura. Como siempre había sido
un tipo trasparente, su pensamiento se podía escuchar porque lo hacía
en alta voz, como si quisiera que todo el mundo lo escuchara.
Le vino a su mente algo
que había leído de la banca J.P. Morgan cuando
decidió poner en funcionamiento un invento que había mandado realizar para
abaratar costes de producción con la instalación de los cajeros automáticos, lo
que le valió despedir a más de 35 mil empleados de las sucursales que tenis
repartidas por todo el mundo.
Empezaron a funcionar unas
tarjetas de crédito que las introducían en esos cajeros y con unas claves que
solo sabía su portador conseguía que aquel aparato le diera el dinero
solicitado. Con esa tarjeta pagaba en los grandes centros comiciales, haciéndola
extensiva con el tiempo casi a todos los establecimientos, hasta el café en
muchos bares se pagaba por ese medio.
Esto lo vendieron sus
inventores como un producto que te hacia más fáciles las gestiones, pero
ocultaba algo, que es que al paso del
tiempo la gente no tendrá dinero en efectivo solo tendrá su tarjeta, el dinero
lo tendrían los de siempre los banqueros y que darían a meced de los canallas
que dominaban el mundo.
Este hombre ni viejo ni joven,
se oponía a estas prácticas, no ya porque estuviera en contra de las
tecnologías, sino porque éstas estaban en manos de los opresores de la raza
humana, ya que no consideraba del mismo género a los individuos que manejaban
los dineros del mundo y los destinos de la humanidad.
El sujeto ni viejo ni joven
como ya se ha dicho, no estaba en contra del progreso, de las nuevas tecnologías,
de lo que está en contra era en manos de quien estaban, porque consideraba que
todo esto tenía que estar al servicio de las personas y que las personas no
estuvieran al servicio de las tecnologías y fuera más esclavas con estos descubrimientos.
Se levantó dio unos pasos
por aquel habitáculos y se sentó en una
mesa cogió un papel y un bolígrafo y escribió lo que sigue.
Estamos en un mundo donde la
robótica y las nuevas tecnologías mandaran al desempleo a cientos de miles,
millones de hombres y mujeres como ya lo hiciera la puesta en marcha en el
siglo XIX la máquina de vapor. Si el trabajo lo vemos como una obligación,
estamos creando un mundo de marginados porque es posible que con la
implantación de la robotización acabe con las formas de vida que tenemos ahora.
Pero si el trabajo lo entendemos como una necesidad y un derecho que los seres
humanos tienen para poder desarrollar su intelecto he inventiva, es preciso que
los cambios en la humanidad sean radicales donde el hombre sea el dueño de
todos estos descubrimiento y los adapte para hacer un mundo habitable. Si por
el contrario todas las tecnologías están en las manos de los grandes multimillonarios
sin lugar a dudas el mundo está condenado a su desaparición.
Veo a los humanos
deambulando por las calles como zombis buscando en los cubo de basura algo que llevarse
a la boca. Las reformas que los partidos de la izquierda llevan a cabo en el
parlamento, solo solucionan el problema momentáneamente, estas reforma en el
tiempo lo agravan porque se hacen crónicas. Es necesario que todas las fuerzas
denominadas de izquierdas, se pongan de acuerdo para plantar cara a la derecha,
no solo en este país tiene que ser en toda Europa y los cambios pasan por
desposeer a los multimillonarios de todas sus riquezas y conseguir el control
de todas las tecnologías que hace al ser humano más esclavo de ellas.
Dejo el bolígrafo encima del
folio que había escrito, cerró los ojos, dejo caer la cabeza sobre el brazo
izquierdo que tenía en cima de la mesa con ganas de dormir para soñar que otro
mundo era posible si la sensatez se instalaba en los partidos de la izquierda.
Tendríamos que esperar que
se despertara del sueño para que volviera a escribir sus impresiones de la
“derrota” que había sufrido el fascismo en el congreso no apoyando el decreto
de reforma de los estibadores que el imperio le imponía desde la UE.
Antonio
Montero Zarco
18
de marzo de 2017
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