Esto no ha terminado con el
resultado que salga el día 21 D, el germen está vivo. En este proceso nos hemos
engañado todos los que hemos tenido la audacia de dar salidas a la crisis
política creada. Ha sido muy difícil adivinar cuales serían los movimientos de
los dirigentes políticos.
Ahora bien, doctores tiene
la iglesia para analizar lo sucedido. Así pues un mortal como yo, que ni soy de
iglesia ni doctor, se me hace una montaña el abrir la boca para dar una opinión
sobre esta cuestión. Pero como he dicho en otros momentos la ignorancia no
tiene fronteras y yo no me he prohíbo opinar.
A lo largo de los 40 años de
democracia, se ha creado un ambiente en la sociedad de que todos son iguales, y
aun sabiendo que eso o es cierto es una realidad que esta enquistada en la
sociedad lo mismos que otros gérmenes de intolerancia y la falta de rigor en la
clase política. Hay voces, diríamos más
o menos autorizadas, que consideran que a la política se dedican unos
profesionales de algunas ciencias que al ser desechados de los centros
educativos por que no supieron aprobar con una nota alta, han hecho de la
política su forma de vida. En otras palabras, sostengo que la política carece
de ideología.
¿De que se habla en los
foros de debates? Del crecimiento económico, del PIB, de la desregulación del
mercado laboral, del envejecimiento de población, de cómo cotiza el Ibex 35 y
de cómo se eleva la prima de riesgo para los inversores. Se habla de las
exportaciones, e importaciones, de los trenes de alta velocidad para hacer más barato
los trasportes de estos productos, se habla de las Zonas logísticas, sin tener
en cuenta donde se instalan y el daño que causan al medio ambiente y a la
sostenibilidad de trabajos agrícolas tradicionales. ¿Qué tiene esto que ver con
las ideologías políticas? Nada, se impone la ley del más fuerte, la ley de los mercados y los especuladores
financieros.
Estos grupos de poder son
los que marcan las ideologías de los partidos, da igual que se digan de
izquierdas que de derechas. Varía un poco tan solo en algunas cuestiones
sociales limitadas. Un ejemplo, Zapatero hace una ley de dependencia, muy buena
ley, pero los poderes económicos le prohíben que la dote de financiación. Por
lo tanto una buena ley que se queda seca, después el PP le da la pintilla y
privatiza todo este servicio que en definitiva, es lo que deseaban los que
mandan. He aquí porque las ideologías lo
que hacen es lo que manda el capital.
Dicho lo cual se tendría que
investigar y analizar, porque el proceso de Cataluña se ha dejado podrir durante los últimos 12 o
14 años.
La respuesta sería muy
simple, el proceso, lo ha dirigido el capital. El capital le interesa dividir
las áreas de poder, ¿cómo lo hace? en
este caso de dos formas. Una creando partidos políticos para tener más
representantes en las áreas de poder, en este caso Ciudadanos, facilitando un contrapeso al partido
socialista, con el fin de dividir el voto. Otra potenciando los partidos nacionalistas para
por una parte debilitar el estado de la nación y por otra tener en un puño lo
que pueda ser una república burguesa por que no van a permitir que la CUP como
partido que ha influido en este proceso pueda llegar a una república de las
clases populares. Al contrario, miraran las formas para destruirlos o
utilizarlos para frenar cualquier desarrollo verdaderamente progresista de los
otros partidos de la nueva izquierda. Como vemos, o como lo veo yo, es que no hay una confrontación
ideológica, sino el cómo y quienes se reparten la tarta de los peculios
públicos. No ha habido ningún debate para convencer al adversario de la idoneidad
de las diferentes posturas para dar salida a los problemas de la sociedad.
No se ha discutido de cómo
queremos quesea la sanidad, la educación, que postura mantendremos en los
organismo internacionales. No se discute
del valor del euro ni de las políticas de la UE ni tratados
internacionales como el TTIP o el CETA. No se discute de cómo hacer que los
pensionistas lleguen a final de mes. Que se tiene que impartir en la
universidad para formar mejor a nuestros jóvenes y hacer que salgan con unos
valores humanos que estén por encima de los interese del capital.
No se discute de la justicia ni cómo se tiene
que emplear, una justicia separada de los poderes políticos. Que no se venda al
mejor postor. Que erradique la corrupción venga de donde venga, que no haya
reyes ni tribunos, ni yernos ni cuñados ni hermas que se salga de rositas, ni
partidos que pague sus sedes con dinero de la mafia. De todo esto no se discute
porque entonces estaríamos ablando de ideología política.
No se discute del medio
ambiente, de las sequías que padecen los agricultores y cómo solucionar este
problema. De cómo acabar con los incendios dedicando medios y no depender de
empresas privadas para su extinción. Discutir sobre la utilización de los
terrenos quemados par que nadie especule con ellos. Ya lo he dicho antes, no
hay ideología, hay intereses económicos. Por lo tanto el debate es cómo se
consigue el poder para reprimir las expectativas de los trabajadores. No hay un debate para poner fin a la
desinformación de los medios de comunicación. Aquí mandan los tertulianos que critican una y
mil veces los fallos de los políticos, en especial de los que no coinciden con
quienes les pagan el salario para despotricar a quien se opone a sus intereses,
no dan salidas a la situación, critican pero no se presenta a las elecciones
para defender sus opiniones destructivas ante los ciudadanos.
Y mientras lo que se llama
izquierdas colaborado con el sistema por un puñado de votos. Porque los votos
condicionan el hacer de un partid. Porque tienen que repartir la tarta entre
gente sin o pocos principios, gente se arriman par solucionar lo suyo. Pasa como los sindicatos,
donde los trabajadores se afilian para resolver su problema pero si ningún
instinto sindical de clase, porque los medios informativos y el capital ya se
han encargado de desprestigiar estas organizaciones, y han limitado su
actuación rompiendo la negociación colectiva para dar salida a los que trabajan
en empresas donde la representación sindical no se puede ejercer. Esto es lo
que está predominando, porque lo que importa son unos votos para poder emplear
a los amigo de turno, y un vez hecho el reparto a esperar otras elecciones pare ver si hay más suerte y nos tocan más
diputados y sus correspondientes asesore.
Por ello el problema del
nacionalismo catalán no resuelve con el nacionalismo españolista. Se resuelve
con un debate de toda la sociedad donde
que la reforma de la constitución sea sometida a la opinión pública, y
se decida qué clase de estado queremos. Si un estado hereditario o una
república federal y democrática que de calor y solidaridad a todos los pueblos
que componen esta gran nación.
Antonio
Montero Zarco
30
de octubre de 2017