lunes, 30 de octubre de 2017

EL PROCESO CATALAN


Esto no ha terminado con el resultado que salga el día 21 D, el germen está vivo. En este proceso nos hemos engañado todos los que hemos tenido la audacia de dar salidas a la crisis política creada. Ha sido muy difícil adivinar cuales serían los movimientos de los dirigentes políticos.

Ahora bien, doctores tiene la iglesia para analizar lo sucedido. Así pues un mortal como yo, que ni soy de iglesia ni doctor, se me hace una montaña el abrir la boca para dar una opinión sobre esta cuestión. Pero como he dicho en otros momentos la ignorancia no tiene fronteras y yo no me he prohíbo opinar.
A lo largo de los 40 años de democracia, se ha creado un ambiente en la sociedad de que todos son iguales, y aun sabiendo que eso o es cierto es una realidad que esta enquistada en la sociedad lo mismos que otros gérmenes de intolerancia y la falta de rigor en la clase política.  Hay voces, diríamos más o menos autorizadas, que consideran que a la política se dedican unos profesionales de algunas ciencias que al ser desechados de los centros educativos por que no supieron aprobar con una nota alta, han hecho de la política su forma de vida. En otras palabras, sostengo que la política carece de ideología.

¿De que se habla en los foros de debates? Del crecimiento económico, del PIB, de la desregulación del mercado laboral, del envejecimiento de población, de cómo cotiza el Ibex 35 y de cómo se eleva la prima de riesgo para los inversores. Se habla de las exportaciones, e importaciones, de los trenes de alta velocidad para hacer más barato los trasportes de estos productos, se habla de las Zonas logísticas, sin tener en cuenta donde se instalan y el daño que causan al medio ambiente y a la sostenibilidad de trabajos agrícolas tradicionales. ¿Qué tiene esto que ver con las ideologías políticas? Nada, se impone la ley del más fuerte,  la ley de los mercados y los especuladores financieros.

Estos grupos de poder son los que marcan las ideologías de los partidos, da igual que se digan de izquierdas que de derechas. Varía un poco tan solo en algunas cuestiones sociales limitadas. Un ejemplo, Zapatero hace una ley de dependencia, muy buena ley, pero los poderes económicos le prohíben que la dote de financiación. Por lo tanto una buena ley que se queda seca, después el PP le da la pintilla y privatiza todo este servicio que en definitiva, es lo que deseaban los que mandan.  He aquí porque las ideologías lo que hacen es lo que manda el capital.
Dicho lo cual se tendría que investigar y analizar, porque el proceso de Cataluña  se ha dejado podrir durante los últimos 12 o 14 años.

La respuesta sería muy simple, el proceso, lo ha dirigido el capital. El capital le interesa dividir las áreas de poder,  ¿cómo lo hace? en este caso de dos formas. Una creando partidos políticos para tener más representantes en las áreas de poder, en este caso Ciudadanos,  facilitando un contrapeso al partido socialista, con el fin de dividir el voto. Otra  potenciando los partidos nacionalistas para por una parte debilitar el estado de la nación y por otra tener en un puño lo que pueda ser una república burguesa por que no van a permitir que la CUP como partido que ha influido en este proceso pueda llegar a una república de las clases populares. Al contrario, miraran las formas para destruirlos o utilizarlos para frenar cualquier desarrollo verdaderamente progresista de los otros partidos de la nueva izquierda. Como vemos, o como  lo veo yo, es que no hay una confrontación ideológica, sino el cómo y quienes se reparten la tarta de los peculios públicos. No ha habido ningún debate para convencer al adversario de la idoneidad de las diferentes posturas para dar salida a los problemas de la sociedad.

No se ha discutido de cómo queremos quesea la sanidad, la educación, que postura mantendremos en los organismo internacionales. No se discute  del valor del euro ni de las políticas de la UE ni tratados internacionales como el TTIP o el CETA. No se discute de cómo hacer que los pensionistas lleguen a final de mes. Que se tiene que impartir en la universidad para formar mejor a nuestros jóvenes y hacer que salgan con unos valores humanos que estén por encima de los interese del capital.

 No se discute de la justicia ni cómo se tiene que emplear, una justicia separada de los poderes políticos. Que no se venda al mejor postor. Que erradique la corrupción venga de donde venga, que no haya reyes ni tribunos, ni yernos ni cuñados ni hermas que se salga de rositas, ni partidos que pague sus sedes con dinero de la mafia. De todo esto no se discute porque entonces estaríamos ablando de ideología política.

No se discute del medio ambiente, de las sequías que padecen los agricultores y cómo solucionar este problema. De cómo acabar con los incendios dedicando medios y no depender de empresas privadas para su extinción. Discutir sobre la utilización de los terrenos quemados par que nadie especule con ellos. Ya lo he dicho antes, no hay ideología, hay intereses económicos. Por lo tanto el debate es cómo se consigue el poder para reprimir las expectativas de los trabajadores.  No hay un debate para poner fin a la desinformación de los medios de comunicación.  Aquí mandan los tertulianos que critican una y mil veces los fallos de los políticos, en especial de los que no coinciden con quienes les pagan el salario para despotricar a quien se opone a sus intereses, no dan salidas a la situación, critican pero no se presenta a las elecciones para defender sus opiniones destructivas ante los ciudadanos.

Y mientras lo que se llama izquierdas colaborado con el sistema por un puñado de votos. Porque los votos condicionan el hacer de un partid. Porque tienen que repartir la tarta entre gente sin o pocos principios, gente se arriman par  solucionar lo suyo. Pasa como los sindicatos, donde los trabajadores se afilian para resolver su problema pero si ningún instinto sindical de clase, porque los medios informativos y el capital ya se han encargado de desprestigiar estas organizaciones, y han limitado su actuación rompiendo la negociación colectiva para dar salida a los que trabajan en empresas donde la representación sindical no se puede ejercer. Esto es lo que está predominando, porque lo que importa son unos votos para poder emplear a los amigo de turno, y un vez hecho el reparto a esperar otras elecciones  pare ver si hay más suerte y nos tocan más diputados y sus correspondientes asesore.

Por ello el problema del nacionalismo catalán no resuelve con el nacionalismo españolista. Se resuelve con un debate de toda la sociedad donde  que la reforma de la constitución sea sometida a la opinión pública, y se decida qué clase de estado queremos. Si un estado hereditario o una república federal y democrática que de calor y solidaridad a todos los pueblos que componen esta gran nación.

Antonio Montero Zarco
30 de octubre de 2017


No hay comentarios:

Publicar un comentario