¿Qué entienden los políticos
por ética? Da la sensación de que hasta
meter todo es prometer y una vez metido nada prometido. Esto me lo decía mi
madre allá por el siglo pasado. La verdad es que tenía razón.
Cuando la
ética está ausente en los políticos, es lógico que justifiquen de formas
diferentes su falsedad y su mentira disfrazándolas con una serie de artimañas
que a veces están en las “escrituras sagradas como la constitución” pero antes
de hacer esas arengas, ya estaban escritas, sin embargo continúan haciendo las
promesas ignorando que esas trabas existen, o bien son unos ignorantes que no
conocían ese límite o son unos
mentirosos convulsivos que no tienen escrúpulos para engañar y salirse con las
suyas.
La ética es la base de la
moral, digamos que un buen político, tiene que ser el espejo de la sociedad, se tiene que
reflejar en él la vida cotidiana de los administrados, y se tiene que
administrar según las necesidades de esos ciudadanos. Cuando se anteponen los
privilegios de unas minorías poderosas para topar la basura, la moral ha
perdido todo su valor, nos guste o no
guste, quienes así actúan están formando parte de la “casta” de los
poderosos.
Es verdad, que en algunos
aspectos se dan pinceladas por tratar de normalizar una situación histórica
sobre las maldades de lo que fue la dictadura. Pero es que esta cuestión si
hubiera habido, el mínimo de éticas, dignidad y moral, los mismos que han
estados apoyando aquellos dictadores que nos duraron mucho más de los 40 años que duró la negror
de la dictadura, hubieran sido parte interesada en esclarecer estos hechos
aunque sus políticas sociales hubieran sido las que han practicado en estos
años de se-mi libertad.
Cuando hablo de “casta”, lo sostengo. Si miramos algunos
nombramientos en altos puestos de responsabilidad, vemos que son cara viejas
que vienen de antaño. Esto no deja de ser una especie de herencia por
pertenecer a un “linaje” que nada tiene que ver con el pueblo que se quiere
representar. Se puede disfrazar como se quiera, pero son de una casta que viene
del pasado.
Porque la historia nos
enseña, como la burguesía se infiltra en los partidos obreros para defender sus
privilegios, esto no es nuevo, bien de los tiempos de la revolución francesa,
así pues que nadie se rasgue las vestiduras, la burguesía y el capital están
ahí dispuestos a participar en el reparto
de algunas migajas para mantener sus privilegios.
No es de extrañar que ya se anuncie, que por ejemplo, las pensiones,
no se podrá revalorizar si el IPC es más alto del 1,6. ¿Por qué introduzco esto
aquí? Para ilustrar que la casta
financiera y empresarial, tiene sus peones muy cerca de los gobiernos donde se
toman las decisiones.
Si la ética fuera un dogma
de fe, a la casa real le falta una buena
dosis de moral. No es de extrañar que desde algunos siglos atrás esta casta
hereditaria haya vivido nadando entre la falsedad y la mentira como su forma de
vida. Hoy falta coraje para que floreciera la verdad, para que el Rey emérito
diera explicaciones de cómo y dónde ha conseguido su fortuna y donde la tiene
escondida.
Eso tendría que ser por higiene democrática
una de las cuestiones que se deberían de resolver lo antes posible. No se
pueden poner fronteras a las noticias que están apareciendo en muchos medios
que llegan hasta la presa extranjera. Sin embargo aquí los que pueden se llaman
“andana” no va con ellos este tema.
Por lo tanto, este sistema
está agotado, si se hiciera un ensayo de ética política, tendría que dar como
resultado, una consulta sobre la clase de gobierno que hace falta en esta nueva
etapa, donde la robótica y las nuevas tecnologías son las que se están
imponiendo como nuevas forma de producción y
está diseñando un nuevo sistema
de vida, donde la monarquía está
totalmente fuera de lugar.
Yo como siempre estaré por una
república democrática y federal donde todos podamos sentirnos cómodos, y que el
poder este repartido y más cercano a los ciudadanos ya que son, o deberían ser
el reflejo en sus representantes.
Antonio Montero Zarco. 20 de julio de 2018
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