miércoles, 28 de septiembre de 2011

Una cuestión de principios

Decía el viejo Marx, sobre el socialismo conservador o burgués, que una parte de la burguesía, deseaba remediar los males sociales con el fin de consolidar la sociedad burguesa y sus privilegios.
 Es lógico pues, que en esa reforma fiscal timorata y hecha a hurtadillas sea para preservar los privilegios de muchos de los componentes del gobierno y la mayoría de la oposición.
Esto demuestra la teoría expresada de que todos los políticos valen para todos los partido por su falta de ideología. Lo demuestra, que la burguesía manda a sus  descendientes a ocupar cargos en los diferentes partidos para conservar su estatus social, y continuar exprimiendo al trabajador. Ejemplo, en Grecia, bajas las pensiones. Esos burgueses griegos quieren conservar su poder a costa de los más débiles,  y para meter miedo.
Por ello, cuando ya se esta tratando de hablar de una forma natural  de los causantes de la situación económica ya sean los mercados financieros, las agencias de valoración, las recomendaciones de los bancos centrales, del FMI, etc. Está  hecho para habituar a toda la opinión pública de que contra esos organismos no se puede ir por que ayuda y tienen la solución. Para ello cuentan con todos los medios de comunicación, para machacar las mentes  de las personas y hacer comulgar con ruedas de molino.

Todos coinciden en que hay que hacer más ajustes. Más recortes salariales, más recortes en derechos laborales, más recortes en libertades, más recortes en la información como el intento de los consejeros de la RTVE y el ocultamiento de la realidad  de Libia, Afganistán, y allá donde haya un conflicto.

Ante todo esto, hay otras salidas.  La nacionalización de la banca. Nacionalización de las multinacionales,  la desaparición del MFI, los Mercados financieros y sus especuladores, el fin de las agencias de valoración, con estas medidas, y el no pagar las deudas financieras, serían suficiente para salir de la crisis.

 Aunque esto parezca una utopía, yo mantengo que es una cuestión de principios, ideológicos,   porque en el fondo, es lo que esta en juego, la hegemonía del capitalismo,  ante el fracaso de sus políticas y por querer acaparar todo el poder, surja un movimiento revolucionario, que deje en mantillas la revolución bolchevique  de principios del siglo  pasado. Porque en definitiva, es lo que va a surgir. Es la única solución a los cambios de gobiernos. Estos no valen para nada, al contrario, agravan más la situación como lo demuestra el caso  británico y el portugués. La salida no es cambiar a los dirigentes y los gobiernos, la salida es cambiar el sistema.

Antonio Motero Zarco
Sumacàrcer
Valencia 23 de septiembre de 2011

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