Un tema para el debate
Estas
son unas palabras que se están repitiendo últimamente con mucha frecuencia. La
historia reciente, nos demuestra que ninguna de ellas ha ido en la línea que
supone su contenido.
En
estos últimos 15 años, los trabajadores han perdido más de 15% del poder
adquisitivo de sus salarios, ocurriendo
otro tanto con las pensiones. Estos datos son
reconocidos por todos.
Aquí
en este punto, quiero hacer una reflexión,
sin que sea el motivo del debate. El papel de los sindicatos de clase,
en la política de dialogo social en el transcurso de estos años, considerando
los primeros como años de bonanza. Por esa política de dialogo, se dejo de
luchar por la mejora en los salarios y los derechos laborales, cuando los
empresarios y especuladores se llenaban los bolsillos sin ningún escrúpulo.
Es
verdad, que con la correlación de fuerzas en estos años, la venta propagandista
de las ventajas del ladrillo, de los prestamos fáciles para todo tipo de
compras, han hecho que muchos de nuestros compatriotas, se sintieran ricos por
el acceso que les ofrecía la banca asesina que nos ha llevado ha esta
situación, sin tener en cuenta las consecuencias que están pagando.
Con estos dos apuntes, pretendo refrescar la memoria
de lo mal que se han hecho las cosas, que nos han llevado a la situación
actual. La crisis, los engaños, el abandono de principios por parte de la
izquierda mayoritaria, las mentiras del los gobernantes actuales, la
corrupción, los sobres ocultos, la financiación partidista, los recortes de todo tipo, el aplicar unas
políticas que no estaban en los programas, son cuestiones suficientes como para
echarse a temblar cuando se habla de “pactos para el empleo juvenil” es para
temblar cuando se habla de reformar las diferentes propuestas que hace el
ejecutivo del PP.
En
otra situación, es posible que se
hubiera podido hablar de pactos. A veces la convivencia requiere, el dialoga
social. Pero sin confusiones. El dialoga social, no puede ser otro, que el afianzar
y consolidar, los derechos de los trabajadores, así como las ventajas de ayudas en especias que recibe la sociedad,
ha cambio del esfuerzo de los que con su trabajo, son los que crean la riqueza de un país.
¿O acaso son los especuladores y la
banca los que producen la riqueza de una nación?
Ante
esta situación, no caben pactos de
ninguna clase. Cada cual que asuma su responsabilidad. Lo que tenemos en juego,
no es hablar para crear empleo. Las leyes están haciendo, que se destruya más
que se crea, con un fin, abaratar costes laborales, y tener una mano de obra
más barata. ¿Como sino es explica por poner un ejemplo, que proliferen las
empresas de trabajo temporal. Y que los salarios sean en muchos casos el 50% de lo que marcan sus respectivos convenios?
Aquí
tenéis unos elementos, que yo justifico, para negar cualquier tipo de acuerdo,
porque en el mejor de los casos sería para continuar recortando derechos y
prestaciones sociales.
En
pocas palabras, lo que hace falta es una ruptura con el sistema capitalista que
nos esta esclavizado.
Que ría llegar ha este punto, para dirigirme a
las fuerzas de la izquierda, “mayoritaria” haciendo la siguiente
puntualización. La clase política que hoy esta dirigiendo al viejo PSOE, sus dirigentes no están ya legitimados, para
plantear una ruptura con este sistema. Sin embargo, se tiene que ser consciente
de que existe, una base social que se considera de “izquierdas” que supera los
10 millones de ciudadanos que respaldan ha esta organización. Pero que no se
confíen, la tendencia puede cambiar.
La
otra izquierda, IU, tiene que tener presente, que si se quiere avanzar para
cambiar el sistema, es preciso el llegar acuerdos programáticos, con los que se
creen los “representante” de esos 10 millones de compatriotas que se considera
de izquierdas.
Si
ha esto añadimos los 2 millones de la
izquierda “real” y los que se podían rescatar de la lacra de la abstención, se
tendría una base social, para hacer un
cambio de régimen.
Todo
esto lleva implícito, la necesidad, que no se puede, negociar la ley educativa,
no se puede hablar de amnistías fiscales, no es negociable cualquier ayuda a la
banca privada. No se puede consentir el mínimo intento de privatizar nada de la
sanidad pública. No se puede renunciar a
la nacionalización de las empresas estratégicas, y no se puede renunciar a una banca pública.
Como tampoco se puede renunciar a que la gente pueda decidir si esta por la
monarquía o por el contrario quiere una republica. Aquí es donde esta la clave para la ruptura
con este sistema.
Si
de verdad, la izquierda quiere ser merecedora de que la gente vuelva ha sentir
que vale la pena apoyar estas propuestas, la izquierda se tiene que tomar en
serio estas posiciones. De no hacerlo,
en un posible cambio de gobierno a corto plazo, será poner otros perros con los
mismos collares.
Antonio Montero Zarco
Valencia 31 de enero de 2013
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