¿Se puede salir de la crisis?
Lo primero que tenemos que hacer es definir que es un político. El político es un hombre o mujer, que ha hecho de su forma de vida, la dedicación a esta noble actividad. O sea, son personas que de no estar en política, estrían engrosando las cifras del paro, porque no se plantearon cuando fuero a la universidad otra actividad que les sirviera para vivir sin trabajar.
Es injusto, hacer esta afirmación: no. Y siendo consciente que no todos so iguales, se hacen confundir, por que la inercia de los malos, les hace olvidar sus propuestas, y su forma de actuar, haciéndoles ir a salto de mata, sobre las pautas que les marcan los contrarios.
Entrando en el juego parlamentario que han impuesto, no pueden ganar ninguna batalla. Hay que salir de ese círculo, si no quieren sucumbir en el intento pensando que se puede influir para que alguna vez acepten algunas de las propuestas que haga la oposición.
Una vez dicho esto, queda demostrado, que la soberanía no radica en el pueblo, ésta, está, condicionada a una minoría que el sistema electoral le otorga la mayoría de diputados, aunque solo representen un tercio de cuerpo electoral. Por lo tanto, este sistema democrático empleado en la Europa de las libertades, es un sistema caduco que no sirve para que los pueblos decidan sus destinos.
Hasta aquí, no he descubierto nada. Soy consciente de ello. Pero si no dejamos claro estos asuntos, no se puede entender las propuestas para salir de la crisis.
Vamos por partes; la mentira es la bandera, de esos políticos, que no sirven para otra tarea en la vida. El engaño, es otra de las armas utilizadas para seguir oprimiendo.
Las propuestas de reducir, la administración publica, es una pescadilla que se muerde la cola. Tiene que ser la administración en tiempos de crisis la que tire del empleo, para que estos trabajadores, consuman y hagan que sus necesidades creen puestos de trabajo a través del consumo.
No se puede crear empleo, reduciendo, médicos, profesores, y otros funcionarios de las diferente áreas de la administración y los servicios públicos.
Unos años antes de la segunda guerra mundial, el presidente de los EEUU Frankilt D. Roosevelt, ante el gran paro que registraba en la nación, se vio en la necesidad, de ampliar el número de funcionarios en más de 500.000 personas. Esto lo repitió Donald Reagan y esta vez, predominando las contrataciones en las minorías de color de los empleos creados.
En los días, anteriores a la II Guerra Mundial, los fabricantes de automóviles, optaron, por reducir la jornada laboral manteniendo el salario, por que llegaron a la conclusión, que lo que fabricaban, era para las cases medias bajas y si estas no tenían medios de adquirir los coches que reproducía, no tenía sentido continuar con la producción de los autos “utilitarios” para los trabajadores, ya que los de gama más alta, para los adinerados con pocas unidades tenían cubierto la demanda. Quien dice esto, es Jeremy Rifklin, en su libro El fin del trabajo.
Aquí vemos, dos ejemplos de cómo afrontar una crisis, que en los años anteriores a esa guerra, que era más grave que la crisis que existe hoy en este país y en la Europa del Euro. Entre otras cosa la guerra la inventaron para salir de aquella crisis.
La medida que se propongo, no es proteger a los bancos, es nacionalizarlos, acompañado esta medida con la salida del euro, y hacer que todos los millones de dinero negro que existe en este país, sea canjeado, por la “nueva” moneda la Peseta, devaluando en un 40% todos los billetes de 500 y 200 € que estén fuera de las entidades bancarias ya que posiblemente, sean todos procedentes de la economía sumergida y del mercado negro conseguido con malas artes……….. Creando con el dinero procedente del cambio una línea de créditos blandos para las pequeñas y medianas empresas que son las que realmente crean puestos de trabajo en este país y que pudieran continuar con su función social.
Esto tiene que ir acompañado, de una bajada de salarios de los políticos y los altos cargos de la administración, y por supuesto, creando las condiciones para hacer un seguimiento del control de todos los precios, básicos para cubrir las necesidades básicas de la población con preferencia la cesta de la compra.
Otra tiene que ser la eliminación de la cadena de intermediarios, que hacen que los incrementos se multipliquen hasta en un 1000 % de su precio en origen. Siendo la causa de que las familias no puedan llegar a final de mes,
Para ejecutar, estas medidas, haría falta, un cambio de políticos, y el sistema electoral que tenemos. Estos nuevos políticos tendrían que estar abiertos, a que los presupuestos de las grandes ciudades, se hicieran con la participación ciudadana.
De esta forma, estarían más pegados a las necesidades reales de los ciudadanos, porque en definitiva son los pueblos y las ciudades, las que hacen la política porque su actividad esta más cerca de las demandas de los ciudadanos, que esos políticos metidos en despachos sin saber que se cuece en la calle de enfrente, o escuchando lo que quieren oír. Así se terminaría con la política de las grandes obras faraónicas que han hecho desaparecer miles de millones de euros, sin saber donde fueron a parar.
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Este es le camino a seguir, para salir de la crisis terminar con la hegemonía de la banca como la mayor causante de todas las desgracias que azotan a la humanidad.
Antonio Montero zarco
11 de enero de 2012
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