Si
todos los políticos fueran prisioneros de sus palabras, o estarían en la
cárcel, o no tendría el derecho para reprochar actuaciones de sus adversarios
por haber incurrido ellos mismos, en los mismos errores y las mismas mentiras.
Mentira
fue el ocultar la crisis. Mentiras son las actuaciones de los actuales
gobernantes, cuando han hecho todo lo contrario de lo que proponían hacer.
Haber que culpa tiene el lápiz, el cuaderno, o la goma de barrar del niño para
que ahora le cueste el impuesto que lleva un 17 % más sin opción que le devuelvan nada en la declaración de la
renta. Cuando se dijo hasta la saciedad todo lo contrario.
Por
ello, si existiera, algún mecanismo para que fueran prisioneros de sus
palabras, los excesos de poder que ejecutan a golpe de decretos, no se podrían
realizar. Todo esto nos lleva a la siguiente reflexión.
¿Por
qué tanto interés en tender la mano al gobierno para buscar otras soluciones? ¿Por qué ese interés en que lo mejor para la imagen de España en el exterior sería que el
gobierno se sentara a hablar con otras fuerzas políticas, por que con el camino
tomado no se sale de la crisis ya que lo peor es que hayan decidido equivocarse solos.?
Esto
me hace sospechar, que está en el ambiente un adelanto electoral, y
posiblemente, para evitarlo, sin un futuro cierto de los resultados, mejor
negociar que correr el riesgo de tener que formar gobierno con los que hasta
este momento son sus adversario y le han negado el pan y la sal.
Otro
de los riesgos, es que al haber perdido Rajoy, la soberanía en el estado, al
tener la contestación que esta teniendo en la calle y la soledad del
Parlamento, alguien desde fuera, imponga
un nuevo presidente, al estilo de Italia, o lo mismo que se hizo en
Grecia. No es por casualidad, es que los
miembros del gobierno están quemados por ser cómplices de las políticas que se
están aplicando, y dentro del grupo parlamentario, como del senado, esta
creciendo el descontento en las filas populares.
Por
ello la oposición, también tiene que reflexionar cuando le pide que escuche,
por ser esta una palabra, que no tiene valor en ninguno de los políticos que
han ejercido y están en el poder, de haber escuchado entes en otros tiempos pasados
las opiniones de la calle, no hubiera tenido lugar la burbuja inmobiliaria,
causante de muchos males, no hubiéramos participado en la guerra de Irak ni
Afganistán, ni se hubiera abierto la puerta a los recortes y la perdida de
derecho laborales de los trabajadores.
Así pues ojito a las palabras porque si algún
día estas cobran el valor que deberían de tener, posiblemente, muchos políticos
se tengan que cortar la lengua para no incurrir más en propuestas que nunca van
a cumplir, ya que los diarios están repletos de ellas y que nunca serán cumplidas.
Por lo tanto, a partir de ahora, tenemos la
obligación de recordarles a todos, el valor de las palabras, y tenemos que
hacer cautivos a los dirigentes de sus expresiones, si la palabra no recupera
su valor y la clase política no responde a la ética del lenguaje, se estará
creando un mundo de farsa y mentira donde los políticos serán los corruptos
también del idioma que utilizamos par
entendernos.
Antonio Montero zarco
21 de julio de 2012