martes, 31 de julio de 2012

EL VALOR DE LAS PALABRAS


                                        

Si todos los políticos fueran prisioneros de sus palabras, o estarían en la cárcel, o no tendría el derecho para reprochar actuaciones de sus adversarios por haber incurrido ellos mismos, en los mismos errores y las mismas mentiras.

Mentira fue el ocultar la crisis. Mentiras son las actuaciones de los actuales gobernantes, cuando han hecho todo lo contrario de lo que proponían hacer. Haber que culpa tiene el lápiz, el cuaderno, o la goma de barrar del niño para que ahora le cueste el impuesto que lleva un 17 % más sin opción  que le devuelvan nada en la declaración de la renta. Cuando se dijo hasta la saciedad todo lo contrario.

Por ello, si existiera, algún mecanismo para que fueran prisioneros de sus palabras, los excesos de poder que ejecutan a golpe de decretos, no se podrían realizar. Todo esto nos lleva a la siguiente reflexión.

¿Por qué tanto interés en tender la mano al gobierno para buscar otras soluciones?      ¿Por qué ese interés en  que lo mejor para la imagen  de España en el exterior sería que el gobierno se sentara a hablar con otras fuerzas políticas, por que con el camino tomado no se sale de la crisis ya que lo peor es que hayan  decidido equivocarse solos.?

Esto me hace sospechar, que está en el ambiente un adelanto electoral, y posiblemente, para evitarlo, sin un futuro cierto de los resultados, mejor negociar que correr el riesgo de tener que formar gobierno con los que hasta este momento son sus adversario y le han negado el pan y la sal.

Otro de los riesgos, es que al haber perdido Rajoy, la soberanía en el estado, al tener la contestación que esta teniendo en la calle y la soledad del Parlamento, alguien desde fuera,  imponga un nuevo presidente, al estilo de Italia, o lo mismo que se hizo en Grecia.  No es por casualidad, es que los miembros del gobierno están quemados por ser cómplices de las políticas que se están aplicando, y dentro del grupo parlamentario, como del senado, esta creciendo el descontento en las filas populares.

Por ello la oposición, también tiene que reflexionar cuando le pide que escuche, por ser esta una palabra, que no tiene valor en ninguno de los políticos que han ejercido y están en el poder, de haber escuchado entes en otros tiempos pasados las opiniones de la calle, no hubiera tenido lugar la burbuja inmobiliaria, causante de muchos males, no hubiéramos participado en la guerra de Irak ni Afganistán, ni se hubiera abierto la puerta a los recortes y la perdida de derecho laborales de los trabajadores.

 Así pues ojito a las palabras porque si algún día estas cobran el valor que deberían de tener, posiblemente, muchos políticos se tengan que cortar la lengua para no incurrir más en propuestas que nunca van a cumplir, ya que los diarios están repletos de ellas  y que nunca serán cumplidas.

 Por lo tanto, a partir de ahora, tenemos la obligación de recordarles a todos, el valor de las palabras, y tenemos que hacer cautivos a los dirigentes de sus expresiones, si la palabra no recupera su valor y la clase política no responde a la ética del lenguaje, se estará creando un mundo de farsa y mentira donde los políticos serán los corruptos también  del idioma que utilizamos par entendernos.

Antonio Montero zarco
21 de julio de 2012

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