En
el mundo capitalista, todo está
supeditado al desarrollo empresarial y a la libertad de empresa. Para que un
país se desarrolle, depende muchos su tejido empresarial, esto en si no es un
problema. El problema, es en
manos de quien están los medios de producción.
Mientras
los medios de producción estén en manos de capitalismo, su rendimiento estará
orientado a la obtención de beneficios, sin tener en cuenta las necesidades de
los productores ni la sociedad, aunque lo que se produzca este orientad a ella,
lo que se busca es rentabilidad. Ya que cuando prevén pérdidas en sus previsiones no les tiembla el pulso, en deshacerse de la mano de obra sobrante,
cargando la producción que hacían los despedidos sobre los que continúan trabajando, con la amenaza de la espadada Damocles
siempre sobre sus cabezas, aprovechando también esta situación, para aplicar los recortes salariales.
Uno
de los ejemplos más significativos, fue el comportamiento del jefe de la
patronal, CEOE liquidando empresa, no pagando a los trabajadores, escondiendo
dinero, aunque hoy este en prisión provisional, no se tiene garantías de que
tenga que devolver todo lo saqueado para pagar las deudas contraídas con los
trabajadores y la administración. Esto
es un ejemplo muy claro de lo que nos ofrece el capitalismo.
Desde
el punto de vista de la izquierda, esta situación tiene que cambiar. El cambio
no es otro, que la producción este enfocada
al servicio de la sociedad, y no al servicio de del explotador para acumular
riqueza. El cambio tiene que ser, para que los medios de producción estén, en manos de
los trabajadores.
En
últimos 30 años el capitalismo ha acampado a sus anchas, imponiendo un sistema
orientado inequívocamente al exterminio de la sociedad tal y como la conocemos
en la “actualidad” donde el número de parados será una premisa para tener la
mano de obra barata que necesitan. Este comportamiento, lo debemos a la caída
del socialismo “real” que ciertas clases dirigentes no han tenido el coraje de
analizar las consecuencias de este acontecimiento.
Esta
situación tiene que revertir, aun siendo ana utopía tener como meta este
objetivo es una cuestión que la izquierda
no puede abandonar si se es
consciente y se respeta su definición de
principios.
Será
complicado, el hacer revertir esta situación porque un gobierno de la izquierda
real, en una legislatura que solo tiene, una duración de cuatro años no tiene
tiempo. Esta situación, solo se podrá
invertir con más tiempo, o porque el pueblos se canse y haga un cambio revolucionario, para llevar a cabo este cambio en la posesión de los
medios de producción. Siendo inevitable
que ciertos sectores
empresariales tendrían que
continuar en manos de privadas.
Se
hace pues complicado el cambiar esta tendencia
y poner freno, a las ansias de acaparamiento de todo lo público, ya que los especuladores
financieros he inmobiliarios, dan por
superado que la situación de espoleo
contra el territorio ha pasado a mejor vida.
Esta
es una premisa que la izquierda tiene que tener muy presente, tiene que estar
vigilante y definirse en cuales son
sus objetivos o si por el
contrario sostiene los cambios que se han llevado a cabo en los tres últimos años. De seguir en esa
línea sin hacer otra ruptura con el pasado
reciente nos tendríamos que
preguntar para que sirve un cambio de
gobierno.
Por
todo ello es necesario, el hacer esa
definición de principios y marcar con claridad los objetivos básicos a conseguir. Decíamos que los especuladores
dan por finiquitado el ladrillo
enfocando sus negocios a los sectores
más sensibles, la sanidad la educación y
las residencias de de lo que se denomina
la tercera edad y la dependencia.
Están
en su derecho de llevar a cabo esta
pretensión en aras a la libertad de empresa, para ello están metiendo la mano
en las empresas publicas, sanidad enseñanza,
las residencias públicas, el transportes
etc. Personalmente, para mí todos los
que hacen negocio con la enfermedad y el sufrimiento de las
personas, carecen de moral y de dignidad para formar parte de esta sociedad.
Teniendo
en cuenta esta reflexión la izquierda,
se tiene que plantear el advertir a esos nuevos “gestores” de lo público, la
sanidad la educación y otros servicios públicos que una vez llegado al poder serán expulsados del sistema sin ningún tipo de indemnización,
ya que los gobiernos no pueden ni tiene potestad para vender nada publico y menos si no figuraba en su programa
electoral. Pera ello, tendría que haber
figurado en su programa y haberlo difundido en los mítines y a los cuatro vientos ya que lo actual, es un engaño fragante a sus
votantes y a toda la ciudadanía.
Porque
una cosa tiene que tener clara, los
actuales gestores y las
alimañas que quieren acaparar todo lo público, que sean conscientes que la
derecha no estará siempre en el poder y gobernando, de ser así que la naturaleza se apiade de nosotros ya
que los milagros no existen.
Antonio Montero Zarco
Sumacàrcer
Valencia diciembre
de 2012
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