Que contaran cuando
sean viejos
Todos
hemos oído hablar de las batallitas del
abuelo cebolleta. Estas se repitieron, con los abuelos que contaban las
batallas de la mili. No es que yo tenga
nostalgia de la mili ni defienda el ejercito, es que si tengo que tener un ejercito, prefiero que
se del pueblo que tener un ejercito de mercenarios. Pero no es el caso que
quiero traer a reflexión.
Las
batallas, las historias, las anécdotas de la vida cotidiana, se cuentan, para
recordar tiempos pasados y sacar experiencias de los errores cometidos y porque
no, de algunas alegrías, las fechorías de la juventud, es decir, todo lo que se
cuenta que pertenece al pasado, es para enriquecer la experiencia y hacer que
la historia de los pueblos se transmita de generación en generación, como algo
que ocurrió en las diferentes épocas.
Yo
no contaré nada personal, lo que intento hacer, es decir que los jóvenes de mi
generación, tenemos anécdotas he historias, para llenar muchos libros. El
inicio en el primer trabajo, el cambio de empleo. El miedo al despido, el miedo
a ser detenido por protestar contra la dictadura. Los guateques que se hacían para
distraerse los domingos. Los cines de estreno, los viajes a las playas más
“exóticas” y hasta podemos contar, que talvez, parte del problema de los
jóvenes sea de nuestra culpa. Esto es discutible.
Podemos
tener culpa por no haber sabido
trasmitir a los jóvenes, unos valores de
lucha y haberles enseñado, que las conquistas con solo ganar la batalla no es
suficiente, se tiene que renovar cada día el compromiso con los logro
conseguido y no bajar al guardia. Tal vez este reproche se nos pueda hacer,
pero hasta este error, podemos contar.
¿Pero
que podrán contar los jóvenes de esta época? Esos jóvenes que tienen ahora
entre 16 y 30 años, y que se pare ahí la cosa. Porque esta claro que muchos
cuando terminen sus días de vida laboral lo cantarán por semanas, meses y
excepcionalmente por algunos años.
Esto dicho así da la sensación de ser como
una serie esas de TV que no terminan en
nada, que aburren, talvez porque también podemos contar con el no haber ido a
la escuela por culpa de la dictadura, y carecemos de métodos para contar la
cosas sencillas que pasan a nuestro alrededor.
Por
ello vemos como los jóvenes se consumen sin tener nada que contarse salvo que están
artos. Que se marcharan fuera cuando consigan el dinero para el viaje y poder
estar unos meses sin trabajar hasta poder encontrar algún empleo.
Vemos
como intentan continuar estudiando para tener más oportunidades y vemos como
gente joven con carreras universitaria, esta encerrado en su casa, porque ya no
le quedan ideas para repartir currículos ni puerta que no haya sido aporreada
por miles de jóvenes buscado lo mismo, el trabajo que nunca llega. Ahí si que tendrán
cosas que contar,
Nosotros,
mi generación, podemos hacernos la autocrítica de no haber sabido inculcar la
necesidad de la lucha permanente. Pero ¿Quién es el responsable o los
responsables de mandar a la nada a esos jóvenes que no podrán contar nada
cuando sean viejos?
Estas
son las consecuencias de tener políticos mediocres que no dan soluciones a los
problemas de los jóvenes y sean el tercer problema de la sociedad.
Si
tuvieran dignidad y moral se marcharían
y no saldrían a la calle ya que son los responsables
de que más del 57% de los jóvenes se encuentre desamparado por su ineficacia, para solucionar este problema.
Pero si para gestionan para unos pocos, sobre, las miserias y
desgracias de los más desprotegidos.
Yo
quiero reivindicar aquí, la dignidad de
los jóvenes de querer respirar un aire
que no este contaminado con la corrupción, el engaño, la mentira permanente, el
enchufismo y unos representantes que para bien, la sociedad, tendrían que estar
en la cárcel, porque la culpa de que la juventud no puedan contar nada cuando
sean viejos porque, carecieron de la libertad de la emancipación de sus
progenitores, con sus penas y alegrías, es decir, contando los abetares de la
vida si hubiera sido normal.
Espero
que por lo menos, cuenten cuando sean ya maduros, que llegaron a esa situación
por culpa de la guadaña del liberalismo que recorre toda Europa y que en
nuestro país, la encarnó Mariano Rajoy al frente del PP.
Esta
opinión, esta escrita pensado en esos jóvenes que me cruzo por la calle, que van sin rumbo fijo, y se ve en sus
miradas la tristeza de no poder ser útiles a la sociedad, y devolverle a ésta el esfuerzo de su
preparación que para nada les vale.
Antonio Montero Zarco
Sumacàrcer
Valencia 10 de diciembre de 2012
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