lunes, 7 de enero de 2013

EL DESEO DEL NUEVO AÑO



                                             

¿Qué diferencia hay entre ayer y el hoy?  Ninguna. Sin embargo, todo se presenta como si el cambio entre   la noche y el día, se haya empezado una nueva era.  Se continúan recortando salarios, y subiendo impuestos.  Se hacen cálculos de crecimiento para hacer viable el sistema.

¿A que crecimiento se refieren, porque tiene que ser una premisa sin la cual el sistema fracasa?

Yo estoy en contra del sistema. Estoy en contra del crecimiento, y desafió a políticos de pacotilla, y analistas académicos que me convenzan de la necesidad del crecimiento que ellos preconizan, y del  fracaso del sistema. Será su sistema.

El sistema  que yo defiendo, es el que decide el crecimiento. Y este, se hace según las necesidades. El crecimiento, tiene que ser moderado.  Es la única forma de conservar el planeta y que las desigualdades se hagan más cortas, evitando que diariamente mueran en el mundo más de 20.000 niños. Porque si no se es capaz de frenar está mortandad, ¿Como se puede hablar de crecer si no somos capaces de hacer que los niños nada más nacer crezcan hasta igualar a un adulto?

 ¿Se dan cuenta los miserables del crecimiento incontrolado, que esto tiene sus limites? Si estiramos a los niños hasta hacerlo de alto como sus progenitores, lo que conseguimos es matarlo. El  crecimiento de los políticos de pacotilla y analistas académicos lo que consiguen con su crecimiento desmesurado, son asesinatos de una parte de la humanidad.

Porque  su crecimiento, esta basado en la industria de fabricar para destruir, ya sean coches, máquinas, lavadoras, friega-platos, neveras, congeladores y cientos de utensilios, creados con fecha de caducidad, es decir, hacer que se consuma, sin tener en cuenta las consecuencias del consumismo que defienden los mercados. Y si no fuera suficiente con esto, también tiene sus fábricas de armas para destruir masivamente y hacer nuevos negocios  sobre las ruinas de lo destruido.

Se tienen que enterar que; Ni el peral da dos cosechas, ni el manzano, los naranjos, los plataneros, ni las algarrobas que se juntan dos cosechas en el árbol, pero que se tienen que pasar 365 días para que se puedan recolectar. Claro que da la sensación que desconozcan las formas y los tiempos que sedan estos alimentos procedentes de da la naturaleza. Y se tiene que enterar que los cerdos no producen en si corta vida 8 jamones. Ni aunque vivieran dos vidas.

 Es verdad, que se tiene todas las variedades  de frutas y hortalizas durante todas las épocas del año. Pero ninguno de los árboles y plantas dan dos cosechas en la misma estación. Esto tampoco lo saben.

Esta  conclusión, me lleva a la siguiente reflexión.  Si los médicos hacen los análisis, y pruebas pertinentes para diagnosticar una enfermedad y aplicar su tratamiento  y curar al enfermo. Si existen estudios de quienes y cuantos son los elementos que deciden el crecimiento he imponen los recortes. ¿Por qué no aplicamos el tratamiento del doctor y extirpamos el problema?

Es decir, el deseo del nuevo año, se tiene que convertir en la herramienta que ponga fin a la cuadrilla de cañallas, que imponen el crecimiento, para lucrar a unos pocos  miles de ciudadanos en contra de los millones  que compone la humanidad.   

Los gobiernos, no pueden ni deben claudicar ante los mercados. Los gobiernos son  los representantes de la sociedad, y deben defender a sus representados. Los gobiernos que no cumplen este requisito, tiene que ser destituidos de inmediato. Porque sus formas de gobernar, los recortes impuestos por los mercados, no respetan a sus votantes, los recortes tienen los mismos efectos que cuando se arrojan bombas en las zonas en conflictos bélicos, cuando estallan matan o destruyen a todos por igual. No hay distinciones.

El deseo del nuevo año, tiene que romper con la tradición consumista. Con poner fin al crecimiento de los mercados. El deseo que todos rehacen en estos días, se tiene que convertir, en la necesidad de cambio del régimen y su sistema, para que la gente, pueda tener ilusión.  El deseo de felicidad, se tiene que convertir en el compromiso de cambio porque otro mundo sin la dictadura de los mercados y los carroñeros de la banca  es posible.


Antonio montero Zarco
1 de enero de 2013

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